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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, junto al italiano, Giuseppe Conte, en una cumbre reciente. / EFE
La clara oposición de Alemania, Países Bajos, Austria y, seguramente Finlandia aunque intenten excusar su posición, condenan a España e Italia a recurrir al MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad). Esto es un rescate económico puro y duro.
Pedro Sánchez ya conoce la situación que se puede vivir a corto plazo en nuestro país. Millones de parados, un gasto público disparado, una caída del PIB que puede llegar a niveles catastróficos. Las necesidades financieras de España serán enormes. Es el precio que tendremos que pagar por anteponer la salud a la economía, cosa que, por otra parte, está más que justificado.
En cualquier caso, conviene no ser pesimista en exceso. Sí es cierto que el sector turístico va a verse afectado seriamente, que el comercio minorista tendrá muchas dificultades para ponerse en marcha, pero habrá que confiar en la decisión y en el sentido solidario del pueblo español.
Además, hay que ver cómo acaba esta crisis y cómo afecta a otros países que ahora miran desde lejos lo que sucede en Italia y España. Hace unas semanas, los países europeos miraban a China como si eso que estaba ocurriendo fuera cosa de marcianos. Si los países que se oponen a los conocidos como coronabonos se vieran afectados seriamente por la Covid-19 podrían cambiar de opinión. Es así de triste y de amargo.
Hay que esperar un poco más para intuir cómo se van a desarrollar las cosas.