La capacidad de la economía española para producir está por debajo del pasivo que soporta. Y este es el peor dato registrado jamás aunque, si bien es cierto que el dato provoca angustia y debería hacer sonar las alarmas de todo tipo, a corto plazo es posible que eso no represente un enorme problema (a medio y largo plazo es otra cosa bien diferente y, seguro, muy negativa). Se pueden soportar cifras tan extravagantes gracias a que los costes de financiación son muy bajos e incluso negativos (el Banco Central Europeo realiza compras masivas de deuda a un interés especialmente bajo lo que ha ocasionado que, durante 2020, se adjudicara la mitad de la deuda española a intereses negativos habiendo llegado a los 2.000 millones de euros el ahorro para las arcas del Estado). A España, de momento, le va saliendo bien la jugada y, si sumamos una mejor recaudación de impuestos, la emisión neta de la deuda para el año 2021 será más baja de lo estimado en 10.000 millones de euros.
Las Administraciones soportan un pasivo que alcanza los 1,31 billones de euros según el avance mensual publicado por el Banco de España. Esta es una cifra importantísima y representa un 10,5 por ciento más que en el mismo periodo del año 2019. Los ERTE’s flexibles, las líneas de crédito ICO o las ayudas a los autónomos, son los principales motivos de un incremento que se ha producido en muchos países del resto de Europa por idénticas razones. La pandemia ha ordenado de forma sustancialmente distinta los recursos y ha provocado que los ingresos sean muy inferiores al año anterior. La Administración central acumula el mayor porcentaje de la deuda. Los ayuntamientos han reducido la suya mientras que las Comunidades Autónomas y la Seguridad Social la han aumentado.
Es necesario que el Gobierno de España piense en trazar planes de contención de la pandemia sin dejar la economía en serio riesgo de colapso. Nada peor que percibir el peligro de impago por parte de un país para que los inversores extranjeros dejen de comprar deuda. Por supuesto, el consumo doméstico puede verse afectado por la misma razón al generarse una falta de confianza que, finalmente, es fundamental para que la economía se mueva hacia adelante. Se necesitan soluciones que tengan en cuenta el medio y largo plazo. De otro modo, se estará condenando a generaciones enteras.