Actualmente, tal y como están las cosas, un acuerdo con el que ampliar los ERTE’s, teniendo en cuenta la posición y las distintas sensibilidades de todas las partes, es esencial para el futuro de España. La política española se muestra incapaz de conseguir unidad ante situaciones críticas y estos acuerdos son lo único que le queda a la ciudadanía para poder seguir creyendo en un futuro mejor.
La oposición está decidida a enfrentarse con el Gobierno sin ocultar sus intereses partidistas que están alejados de una altura de miras imprescindible en los tiempos que corren. El Gobierno está decidido a dejar de lado un parlamento que no parece contar para enfrentar unas reformas necesarias, a todas luces, en la actualidad y que serán de importancia incalculable. No es posible entender cómo Sánchez quiere distribuir los fondos de recuperación que llegarán de Europa sin contar con todas las fuerzas políticas.
Los ERTE’s no pueden ser eternos y convertirse en parte del problema habiendo sido una solución magnífica poco antes. El Gobierno quiere que se eso se materialice alternando el régimen de ayudas a las cotizaciones de las empresas, algo a lo que sindicatos y patronal se oponen. Unos pensando en que los despidos se pueden presentar de forma masiva (ERTE’s convertidos en ERE’s de la noche a la mañana) y otros en que los costes laborales se dispararán de forma insoportable. Pero se trata de 600.000 personas incluidas en esos ERTE’s, de 600.000 puestos de trabajo en peligro, de 600.000 tragedias personales y familiares; y eso merece un esfuerzo que lleve al acuerdo entre las partes.
Es necesario llegar a un acuerdo. La realidad se impone y resulta imprescindible intentar que esos 600.000 trabajadores produzcan, que las empresas que no sean viables se dejen ver y que los fondos se controlen de forma eficaz.
Es necesario un acuerdo rápido, sin complicaciones, como la que ya ha puesto sobre la mesa el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno, José Luis Escrivá, al afirmar que no modificará su postura con respecto al nuevo diseño de los ERTE’s y que «para el Gobierno, el fin no es el acuerdo, sino velar por el interés común» por lo que ha paralizado la prórroga. Malas noticias que deberían enmendarse con urgencia.