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El muelle de la vergüenza en Arguineguín se queda vacío

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30 nov 2020 / 07:24 h - Actualizado: 30 nov 2020 / 07:28 h.
"Inmigración","Editorial"
  • Inmigrantes en el muelle de Arguineguín. / EFE
    Inmigrantes en el muelle de Arguineguín. / EFE

El muelle de Arguineguín se ha vaciado. Por fin, se ha encontrado una solución habitacional para las miles de personas que han ido llegando a las costas españolas durante las últimas semanas a bordo de pateras. Termina así, al menos temporalmente, un capítulo vergonzoso para los españoles y para los europeos. Porque si existe la Unión Europea existe para todo, también para solucionar crisis humanitarias de esta envergadura.

Es imposible que esta situación mejore sin una coordinación entre los países europeos con la que se consiga establecer las bases de una política migratoria que permita repartir las cargas que irán en aumento. Las personas desesperadas buscan un futuro mejor, la esperanza de una vida estable en compañía de sus familiares y los movimientos migratorios van creciendo puesto que las guerras, la miseria y la persecución, se imponen en algunas áreas del planeta.

Es necesario trabajar en los países de origen. Si persiste el problema allí, los inmigrantes están poco después aquí. Es así de sencillo. Es necesario fortalecer los sistemas económicos de los países más pobres, es necesario que se vayan imponiendo sistemas políticos que garanticen las libertades y trabajen en el futuro de los ciudadanos.

Y es necesario que no vuelva a producirse lo mismo que en el muelle de Arguineguín. Las soluciones habitacionales son fundamentales. El drama humano que se ha vivido con miles de personas hacinados y sin techo no puede repetirse. Porque, además de lo inhumano de la situación, la imagen que se da de una de las zonas más turísticas del mundo es deplorable y la caída del turismo puede ser el remate a una situación desesperada del sector turístico de las Islas Canarias.