La fatiga social a causa de la pandemia ya es enorme. Esa es una de las razones por la que los ciudadanos bajamos la guardia, por lo que encontramos excusas en cada esquina con las que excusamos acciones que el sentido común negaría siempre. No es comprensible que la gente se lance a las calles para comprar en las rebajas sin tener en cuenta las aglomeraciones o para asistir a fiestas ilegales sin medidas de seguridad. El cansancio es enorme y esa es la razón por la que ni el Gobierno central ni los autonómicos pueden fallar en lo fundamental. Los errores en esta pandemia se traducen en muertes y hay que evitarlos a toda costa.
Lo que ha sucedido en la Residencia Casablanca Valdesur de Valdemoro (Madrid) es algo intolerable que no se puede volver a repetir. Los planes de vacunación se han estudiado por personas especialistas y los grupos de riesgo se han elegido por razones médicas y de humanidad. Nadie puede saltarse las normas que se han fijado bajo ningún concepto. Si se permiten estas acciones la sociedad entera dejará de confiar en la gestión de esta campaña de vacunación y eso es algo que provocará actitudes muy desfavorables para los intereses generales, para el bien común. Una empresa que gestiona residencias en la Comunidad de Madrid no puede hacer lo que considere oportuno si va contra la norma. En el caso de la Residencia Casablanca Valdesur, se han vacunado a familiares de los residentes y a los sacerdotes que realizan su labor pastoral en el geriátrico, con la única justificación de aplicar un criterio de la propia empresa. Es esta una residencia concertada y posee la facultad para vacunar sin la supervisión pública.
Es un caso aislado y casi anecdótico aunque puede ser el aviso necesario para que los cuidados se dupliquen para que no vuelva a ocurrir nunca más. Las vacunas deben suministrarse lo antes posible porque en las neveras no pintan nada las dosis que tengan que utilizarse. Pero debe hacerse bajo un estricto control. Si a la fatiga le sumamos la desconfianza y una valoración negativa de la gestión política estamos perdidos.