El populismo convierte el Brexit en un problema eterno

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24 ago 2020 / 23:26 h - Actualizado: 24 ago 2020 / 23:35 h.
"Editorial","Brexit"
  • Boris Johnson. / EFE
    Boris Johnson. / EFE

Boris Johnson ganó las últimas elecciones celebradas en el Reino Unido con mucha facilidad y consiguió una mayoría absoluta rotunda. Pero Johnson ha ido empeorando su situación personal y todo lo que gestiona parece que va de mal en peor.

La pandemia ha dejado la popularidad del primer ministro británico muy por debajo de lo que se esperaba para un político que parecía querer arrasar con la propia historia. Y es que su gestión ha sido un auténtico desastre.

Si bien es cierto que Johnson consiguió dar por acabada la ruptura con Europa, está siendo incapaz de perfilar lo más difícil que no es más que la relación comercial futura entre Londres y Bruselas. Está más que claro que a Johnson una tarea de esta magnitud le sobrepasa con claridad.

Comenzó mal Johnson afirmando que el 31 de diciembre el Brexit debía estar finiquitado. Acuerdos de esta envergadura suelen firmarse cinco o seis años después de comenzar las negociaciones. Sin embargo, Johnson con su tono más populista quiso presumir de algo que, sencillamente, era imposible que se produjera sin que, al mismo tiempo, se cometieran errores y trampas de enorme peso.

Tras la séptima ronda de negociaciones el fracaso ya es un hecho. No hay forma posible de llegar a un acuerdo sobre la relación comercial que se mantendrá entre Bruselas y Londres. Y no se llega a un acuerdo porque todo indica que en el Reino Unido no existe intención alguna de alcanzar acuerdos.

La política europea debe ser firme y no dejar que las reglas perjudiquen a las empresas europeas y debe velar por los intereses de aquellos que no buscaron el problema.

Quedan muchos cabos por atar y no parece que haya tiempo ni intención por parte de Johnson para conseguir que esos cabos no se enmarañen. El Brexit sigue siendo el eterno problema.