El valor social de Emasesa

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24 jul 2016 / 19:33 h - Actualizado: 24 jul 2016 / 19:35 h.
"Ayuntamiento de Sevilla","Emasesa","Estado del Bienestar"

Hasta no hace mucho tiempo, tanto en las etapas de gobierno socialista como popular en Plaza Nueva, Emasesa (la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla) ha acaparado titulares en los medios de comunicación por actividades cuanto menos alejadas de la razón de ser de una empresa municipal, especialmente aquellas relacionadas con los más variopintos patrocinios. Se entiende que la propia idiosincrasia de la misma debería encaminar dichas acciones, más allá de la mera y lógica gestión de los recursos, hacia fines sociales vinculados a la concienciación sobre su uso y la garantía del agua como un derecho ciudadano, sobre todo, para aquellos sevillanos que atraviesan una situación de profunda fragilidad económica. Pero como decimos no siempre ha sido así.

Tal vez en época de bonanza financiera, Emasesa pudiera permitirse lujos como patrocinar el mapping navideño por 200.000 euros. Pero en el actual contexto parece una broma de mal gusto. Por eso es justo reconocer hoy la labor de la empresa municipal con aquellas personas que no pueden abonar su factura del agua. Según los datos que El Correo publica en su edición de hoy, desde 2015 el Ayuntamiento de Sevilla ha garantizado el suministro a más de 1.700 familias mediante los bonos de emergencia social. El agua no puede ni debe ser un bien al margen de aquellos que son incapaces de afrontar el pago de los recibos. Como tampoco se puede pretender que sea gratis para toda la ciudadanía. Entonces estaríamos ante un servicio inviable. El tratamiento, la conducción y gestión del agua tiene un coste que hay que sufragar entre todos. Pero a quienes por razones de índole económica no puedan hacerlo, hay que facilitarles una salida. Todo lo contrario sería inaceptable e incomprensible en un Estado del Bienestar y del Derecho como el nuestro. Y eso es algo que se está corrigiendo.

Sin embargo, lo más conveniente y certero en una sociedad como la nuestra sería convertir el acceso al agua, la luz e incluso a una vivienda digna en un derecho inalienable de los españoles con independencia de qué partido gobierne y dónde.