España a la cabeza de derechos sociales

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16 abr 2021 / 12:23 h - Actualizado: 16 abr 2021 / 12:35 h.
"Menores","Editorial"
  • España a la cabeza de derechos sociales

Es evidente que; a pesar del creciente malestar con la gestión del Gobierno durante la pandemia, del hartazgo que los ciudadanos soportan respecto a la clase política española o del horizonte gris en materia económica y social que se deja ver; España es un país que está a la cabeza en derechos sociales. Pocos países del mundo han alcanzado estos niveles que tenemos en nuestro país. Ahora, aumentan con la aprobación en el Congreso de los Diputados de la Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia. Los españoles debemos aprender a disfrutar de lo bueno que tenemos y de eso que somos capaces de hacer bien y que tanto ayuda a construir un mundo mejor.

Los derechos de los menores nunca tuvieron un marco legal tan adecuado como el actual. Es ahora, al formar una amplísima mayoría en el Congreso las fuerzas políticas a favor de esta Ley, cuando se dibuja un perfil que ayuda a pensar en un mundo mejor para todos los niños, niñas y adolescentes, que viven en España. La Ley de eutanasia, la de violencia de género, la de igualdad, la del matrimonio homosexual y esta nueva de protección de la infancia y de la adolescencia, colocan a España en una situación de modernidad absoluta que resulta envidiable para muchos ciudadanos del mundo que viven situaciones que, en pleno siglo XXI, se pueden calificar de anómalas. Que los gais y lesbianas sean perseguidos y asesinados en algunos países o que el menor no tenga una mínima protección, no deja de ser una vergüenza para el ser humano.

Entre las medidas más importantes que se implantarán con la llegada de esta ley, destaca la prescripción de los delitos de pederastia. Frente a los 18 años cumplidos de la víctima en la actualidad, la ley coloca ese límite en los 35 años. Solo si la víctima cumple esa edad sin denunciar los abusos prescribirá el delito. Es importante recordar que las víctimas de pederastia necesitan mucho tiempo para poder enfrentar las secuelas que dejan esos abusos.

Además, se crearán tribunales específicos (en los que las víctimas solo tendrán que recordar y, por tanto, revivir, esos abusos, una vez y no hasta cuatro como sucede en la actualidad) y los hijos de mujeres víctimas de maltrato de género tendrán una protección especial.

Falta que el Gobierno dote de una partida presupuestaria adecuada y que se administre bien la cantidad destinada a poner en marcha las medidas que se reflejan en la esta ley tan celebrada por gran parte del Congreso de los Diputados.

Por fin, la clase política deja a un lado sus intereses más partidistas para buscar el bien común. Ya era hora de tener una alegría de esta dimensión.