Felipe González en defensa de Felipe VI

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04 oct 2020 / 08:58 h - Actualizado: 04 oct 2020 / 09:02 h.
"Monarquía","Editorial","Rey Felipe VI","Felipe González"
  • El Rey Felipe VI y Felipe González en la inauguración del II Foro La Toja Vínculo Atlántico. / EFE
    El Rey Felipe VI y Felipe González en la inauguración del II Foro La Toja Vínculo Atlántico. / EFE

El que fuera presidente del Gobierno de España, Felipe González, decía el pasado viernes en el marco del II Foro La Toja Vínculo Atlántico, que el rey Felipe VI era ejemplo de moderación, prudencia y neutralidad, que una monarquía parlamentaria como la que dicta la Constitución española impide que el Rey deba pronunciarse sobre aspectos políticos relevantes aunque esa forma de Estado permita que todo lo que diga sea interpretado. Durante esas declaraciones, Felipe González lo que buscaba era apoyar al Rey de España y marcar distancias claras con los socios de Gobierno de Pedro Sánchez. Y tiene razones más que suficientes para hacerlo puesto que la actitud de algunos ministros de Unidas Podemos es, por lo menos, inquietante y, sin duda, lamentable.

No es posible, de ninguna manera, que un ministro prometa o jure el cargo con lealtad al Rey y, más tarde, dedique sus esfuerzos a mancillar la imagen del monarca. Actitudes como la de Alberto Garzón o el propio Pablo Iglesias son incomprensibles. No puede ser que se ataque la figura del Jefe del Estado intentando disimular las vergüenzas propias. Unidas Podemos está perdiéndose en la tela de araña que Pedro Sánchez había preparado y podrían estar condenados a la irrelevancia política absoluta, motivo por el que se revuelven para atacar una figura fundamental que ahora encarna Felipe VI.

No se puede confundir Monarquía con un rey en concreto, no se puede intentar liquidar una forma de democracia buscando el beneficio partidista y una salida a la falta de ideas políticas. No se puede ser desleal al Jefe del Estado. Y no puede ser que un político mediocre busque la distracción de los españoles para que no fijen la atención en lo que, hoy, está arrasando con una forma de entender el mundo, en eso que ha provocado un ser microscópico conocido como SARS-CoV-2; porque la gente muere, porque la gente está pasando o pasará calamidades y porque los políticos que han tenido que gestionar la pandemia han sido buena parte del problema y han hecho el ridículo de una forma atroz.