Espadas se queda solo

Image
30 ene 2016 / 00:48 h - Actualizado: 30 ene 2016 / 00:48 h.
"Atarazanas","Juan Espadas","Guillermo Vázquez Consuegra"

El PSOE municipal batalla con el primer «no» de los grupos municipales. Se ha quedado solo en la decisión de llevar a puerto la recuperación prevista de las Atarazanas, que cuenta con licencia de obras desde el mes de diciembre. El Pleno del Ayuntamiento acordó ayer pedir a la Junta de Andalucía y a Caixabank que no comiencen los trabajos hasta que no se garantice la participación de los sevillanos en el proceso. Un frenazo que podría suponer un gran retraso para un edificio que ya lleva 23 años a la espera.

Si bien no se duda de la necesidad de darle un uso productivo al histórico inmueble del siglo XIII y de que este sea recuperado, sí se cuestiona la idea de Vázquez Consuegra y de su dotación económica. Las voces críticas y las amenazas de emprender acciones legales, llegadas desde instituciones como la Fundación Museo Atarazanas, han tenido su repercusión en el Pleno, aunque esto no impediría que la empresa decidiese arrancar con las obras puesto que la licencia está concedida, y eso es irrevocable.

Los expertos abogan por que se recupere la cota original desde el arranque de las pilastras –actualmente semienterradas bajo cinco metros y medio de tierra y escombros–, así como la muralla, la barbacana, una puerta almohade y una torre cuya existencia no se conocía. Pero esto difiere del proyecto de Consuegra. Luego, a la debacle sobre si se debe seguir o no con la idea del arquitecto sevillano, que le daría un uso cultural al edificio pero que no incluye los parámetros apuntados por los especialistas, se suman las exigencias de quienes piden una gestión pública para no dejar las Atarazanas en manos de una entidad privada.

Espadas ha de lidiar con una difícil situación que ha puesto la primera cruz sobre su gestión municipal. Aunque esté concedida la licencia de obras, Caixabank podría desestimar el compromiso ante tantas trabas, pero también es importante el consenso entre todas las partes. En este punto es pertinente un replanteamiento lo menos traumático posible porque, al margen de decepciones y desacuerdos políticos, lo peor que puede pasar es que esta joya patrimonial vuelva de nuevo al olvido.