La necesidad de una Cabalgata de Reyes

La Cabalgata de Reyes de Sevilla no se celebrará. Aunque parecía que era algo seguro, no deja de ser motivo de tristeza comprobar que el SARS-CoV-2 está arrancando de cuajo la esencia de las personas, de la ciudad, de una forma de vivir.

Sevilla es una ciudad con un arraigo extraordinario en sus tradiciones, en su cultura, en la forma de entender la vida de los sevillanos. Sevilla está anclada a lo que es desde hace siglos, al resultado de fusionar eso con la modernidad y el progreso.. Y no será fácil que lo que es se pierda por el camino aunque es necesario ser cuidadosos con lo fundamental. Es necesario que desde el Ayuntamiento de la ciudad y desde todas las instituciones posibles se intente aliviar el efecto que el coronavirus está causando.

Aunque es evidente que hacer una cabalgata como la de años anteriores parece impensable, hay que encontrar la alternativa que disfrace uno de los días más entrañables del año con alegría e ilusión, y que no parezca el paradigma de la decadencia quedando las calles vacías y sin más ruido que el de los motores de los vehículos. Se puede conseguir ilusionar a los niños sin aglomeraciones; se puede conseguir que tengan la sensación de estar viviendo un día tan distinto a otros años como especial.

Es imprescindible que intentemos vivir con cierta normalidad, que hagamos uso de nuestra creatividad para que podamos convertir la situación actual en algo más llevadero y cercano a lo ha sido decenas de años. No podemos rendirnos y dejar que el mundo se modele de esa forma que no nos hace felices.

La Cabalgata de Reyes es un evento magnífico que se puede realizar de muchos modos. Ya sabemos que el modelo tradicional, este año, es inviable. Hay que encontrar el sustituto. Es importante.