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La vuelta al colegio se complica

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06 may 2020 / 06:00 h - Actualizado: 05 may 2020 / 18:27 h.
"Educación","Editorial","Coronavirus"
  • Isabel Celaá, ministra de Educación. / EFE
    Isabel Celaá, ministra de Educación. / EFE

Salvo que llegue pronto una solución en forma de vacuna o de tratamiento terapéutico, la vuelta al colegio en septiembre se empieza a convertir en un auténtico problema. Por supuesto, el regreso antes del verano es casi seguro que no se produzca salvo en los casos especiales que ya ha contemplado anteriormente el Gobierno.

El Ministerio de Educación se plantea reducir a 15 el número máximo de alumnos por aula. Ahora, se permiten hasta 28 en Primaria y 40 en Bachillerato. Esto supondría doblar plantillas, doblar el número de metros cuadrados y elevar los presupuestos de forma extraordinaria. Al mismo tiempo, los pasillos y las zonas comunes seguirían siendo un asunto sin posibilidad de resolver. El planteamiento con respecto a la conciliación de la vida familiar y laboral se hace imposible. Porque, el planteamiento anterior es, sencillamente, inviable. La solución pasaría por dividir los grupos en dos bloques y que 15 alumnos asistieran a clase presencial y los otros 15 a través de internet. Por turnos.

El Gobierno sigue improvisando movimientos que generan gran angustia entre los posibles afectados. No se entiende bien que se lancen ideas con forma de solución y, poco tiempo después, se modifique ese planteamiento. Sería mejor hablar con los interesados y tomar decisiones un poco más tarde aunque de forma más definitiva.

En cualquier caso, independientemente de cómo se regresa a las aulas, las carencias con las que van a finalizar los alumnos españoles este curso, se debe considerar un verdadero problema y debe ser prioritario en los planteamientos que realice el Ministerio de Educación. Las calificaciones de este curso han sido motivo de disputa aunque tendrán que adaptarse a lo que exige el bien del alumnado en circunstancias tan especiales. Y resolver las diferencias que existen entre alumnos respecto a las posibilidades técnicas que exigen las clases online es otro objetivo claro para todas las partes. No se debe olvidar que la escolarización hace que la igualdad social se pueda hacer realidad.

Le toca a Isabel Celaá buscar soluciones sin cometer errores y sin improvisar.