El encuentro de ayer entre Ayuntamiento y vecinos de Bami tampoco sirvió para drenar el pantano en el que se ha convertido la zona azul en este barrio adyacente a uno de los núcleos sanitarios más importantes de la ciudad y cercano al entorno universitario de Reina Mercedes. Después de varias rondas de contactos, el Consistorio ha decidido demorar un mes más el informe que determinará el destino final de esas 200 plazas en litigio, si su conservación como aparcamientos regulados o la liberación del pago por estacionar. A este respecto, es exigible al ejecutivo dirigido por Juan Espadas mayor diligencia y poder de decisión, aun con la reserva de que su dictamen no hallará consenso total. Bien debiera bucear entre las propuestas de gobierno que le llevaron a la alcaldía, y que revelaban su intención de acabar con la regulación económica del aparcamiento en esta zona.