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Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP-A, en un pleno del Parlamento de Andalucía. / Julio Muñoz (Efe)
No parece que existan razones para lucir un gran optimismo económico al pensar en los próximos meses. Sin embargo, en el Gobierno de la Junta de Andalucía da la sensación de que les sobran causas para mirar el futuro con seguridad y esperanza. Habrá que estar atentos si esta euforia es o no coherente con lo que irá pasando en los próximos meses.
El Gobierno formado por el PP y Ciudadanos ha optado por unos presupuestos expansivos que no parecen tener en cuenta un Brexit que llega sin acuerdo y toda su crudeza; una quiebra en el sector turístico que supone la desaparición del tour operador Tomas Cook y que podría afectar seriamente a las cuentas del sector turístico andaluz; una crisis alimentaria que ha supuesto la aparición de dudas sobre los controles y los filtros necesarios para que la industria cárnica andaluza aporte seguridad total a los consumidores; una política arancelaria por parte de la Administración de Donald Trump que podría dejar seriamente tocado el sector agroalimentario de Andalucía; o un consumo privado que tiende a disminuir en todo el territorio nacional a favor de un mayor ahorro por parte de las familias que no ven con tanto optimismo el futuro económico.
Las promesas electorales de Juan Manuel Moreno Bonilla sobre la creación de empleo y la bajada masiva de impuestos tampoco parece probable que se puedan cumplir. Los 60.000 empleos prometidos, dadas las circunstancias, son muchos; y la reducción de impuestos se quedará estancada en los 25 millones de euros que no es, ni mucho menos, una bajada masiva. La venta de inmuebles pertenecientes a la Junta de Andalucía, tampoco ha sido posible. Nada de esto es motivo para airear la pequeña euforia que podría estar presente en los presupuestos del próximo ejercicio.
Estos presupuestos que se han presentado antes que en ninguna otra Comunidad Autónoma, ascienden a 38.540 millones de euros, casi un 5,5 por ciento más que el que está en vigor y el crecimiento económico no llegará al 2 por ciento. Solo falta que Vox se preste a votar a favor de estas cuentas. Veremos qué es lo que pasa.