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Imagen de la bacteria listeria monocytogenes. / El Correo
Se cumple un año exacto desde que la Junta de Andalucía decretase la alerta alimentaria debido a un brote de listeriosis que provocaba la carne mechada elaborada por la empresa sevillana Magrudis. Fue la infección más importante de Europa y provocaba la muerte de cuatro personas, seis abortos y afectaba a más de doscientas personas.
La listeria monocytogenes es la bacteria que provoca esta enfermedad y es especialmente virulenta. La tasa de mortalidad en infecciones de estas características suele ser muy alta y el desarrollo de la bacteria es intracelular.
Hoy, pasado un año y con la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 provocando verdaderos estragos en las sociedades de todo el mundo, parece que la importancia de este brote de listeriosis fuese algo menor y, sin embargo, no lo es en absoluto. Un empresario negligente, no pensar mínimamente en las consecuencias que podría tener su actitud entre los consumidores; y unos controles deficientes por parte de la Administración correspondiente; provocaron una situación que alarmó a las autoridades sanitarias de toda Europa y generó daños enormes e irreparables.
Afortunadamente, aunque la virulencia del brote fue altísima, el grado de mortalidad fue mucho más bajo de lo habitual en casos similares.
Hay nueve personas investigadas y la juez que instruye el caso considera que son «responsables criminalmente de delitos contra la salud pública, cuatro homicidios por imprudencia, seis delitos de aborto, además de delitos de lesiones por imprudencia, cuyo número exacto aún está por determinar».
Todo ha de servir para que no vuelva a ocurrir algo parecido.