El Día de las Fuerzas Armadas sirve, entre otras cosas, para constatar algo que ya ha asimilado la sociedad española desde hace mucho tiempo: el Ejército español no es el enemigo. Al contrario, las Fuerzas Armadas españolas son garante de paz y de convivencia tranquila junto, por supuesto, el civismo de todos los españoles. Si en algún momento no eran pocos los que veían en el Ejército o la Guardia Civil un peligro, ahora, cuando la democracia española está asentada definitivamente, la gran mayoría de ciudadanos miran con alegría y admiración a unas tropas que han demostrado su valor militar y humano en las innumerables misiones de paz que han realizado por todo el mundo.
Esas tropas que desfilaban ayer por las calles de Guadalajara son las mismas que ayudan a la población civil en caso de inundaciones o incendios de enormes dimensiones, son las mismas que acuden a salvar a los inmigrantes que cruzan el Estrecho jugándose la vida unos y otros, son las tropas que velan por la seguridad del Estado y colaboran a que, en diversos lugares del planeta, puedan ser atendidos cientos de personas en los hospitales de campaña de las distintas unidades destacadas.
Por todo ello, es sorprendente que algunos líderes políticos insistan en alejarse de las Fuerzas Armadas como gesto de cara a sus votantes. Y parece anacrónico que en las redes sociales se invitase, durante las jornadas anteriores, a una concentración cerca del lugar en la que se produjo la parada militar aludiendo, como excusa, al sentido imperialista o a la militarización de España.
Algunos discursos políticos comienzan a rozar el ridículo y algunos líderes demuestran no saber entender el signo de los tiempos. No basta con utilizar la palabra patria como si fuera una demostración de una españolidad incuestionable. Se trata de demostrar ese patriotismo buscando el bien común y no un puñado de votos de aquellos que se guían por ideas antiguas que ya no caben en la democracia española.
El Día de las Fuerzas Armadas es una celebración de paz conseguida por militares y civiles. Nada más y nada menos que eso.