¿Un problema eterno?

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30 ene 2018 / 21:20 h - Actualizado: 30 ene 2018 / 21:39 h.
"El desafío catalán","Desafío secesionista catalán","Carles Puigdemont"
  • ¿Un problema eterno?

Lo que está sucediendo en Cataluña ya lo hemos visto antes. Hace unas semanas ocurría algo muy parecido a lo estamos sufriendo de nuevo. Cuando un problema no se resuelve los síntomas persisten.

Los Mossos d’Esquadra hacen el paripé y dejan que miles de manifestantes rodeen el Parlament. La actitud de la policía autonómica de Cataluña es una vergüenza. Sencillamente, vergonzosa. Pero lo peor de todo es que su control, hoy, no está en manos del que fuera Major, Josep Lluis Trapero. No, hoy los Mossos d’Esquadra siguen órdenes directas del Gobierno de Rajoy. Es posible que el miedo a que las televisiones y las redes sociales difundan imágenes de cargas policiales provoque una actitud muy pasiva de la policía. Tal vez Rajoy, pensando en clave electoral, cree que las imágenes de los manifestantes haciendo lo que les viene en gana es menos lesiva que la de la policía actuando de forma proporcional para mantener a salvo el orden constitucional.

Los políticos independentistas catalanes, por su parte, siguen queriendo destrozar la unidad de España. Agarrados a la bandera de una democracia patética y de salón quieren acabar con la democracia que ha hecho posible que España (incluida Cataluña) prosperase en paz durante los últimos cuarenta años. No se esconden y alzan la voz para pedir que la república catalana sea un hecho. No se esconden cuando utilizan argumentos estúpidos para defender a Puigdemont como candidato a president. Hablan de cumplir la voluntad del pueblo cuando, en realidad, el número de votos no independentistas en las últimas elecciones autonómicas fue superior y la lista más votada fue la de Ciudadanos. Hablan de una España opresora porque el Gobierno de Rajoy no permite que un prófugo que ha cometido presuntamente delitos gravísimos pueda ser investido president. Todo lo que estamos viviendo, otra vez, resulta un insulto a la inteligencia, cosa de tebeos. Un Gobierno obligado a mirar maleteros y alcantarillas; o tuits en los que se finge el supuesto viaje de Puigdemont desde Bruselas a España; son la imagen nacional en el exterior. Lo grotesco es lo que estamos enseñando al resto del mundo y esa España de pandereta que tanto trabajo nos había costado superar.

Si bien es cierto que, ayer, los independentistas han sufrido un revés que les ha descolocado y enfrentado en algunos aspectos, el problema sigue intacto. O se endurecen las condiciones de aplicación del artículo 155 de la Constitución o estaremos sumergidos en un problema eterno. Haciendo, de paso, un ridículo nunca antes conocido en ningún país del mundo. Un verdadero desastre. ~