El lince ibérico, un tesoro del medio ambiente en Andalucía

Tras 50 años del programa Life+Iberlince, se ha rebajado su nivel de riesgo a especie en peligro crítico. El reto es alcanzar este año 450 ejemplares en seis núcleos de población

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09 abr 2016 / 19:27 h - Actualizado: 09 abr 2016 / 21:30 h.
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El lince ibérico (Lynx pardinus) ha pasado, en la Península Ibérica, de ser una especie en peligro crítico de extinción a en peligro crítico, gracias a una labor colectiva de entidades públicas y privadas, de gestores políticos, de técnicos y de científicos, con la coordinación de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Los investigaciones llevadas a cabo en la Estación Biológica de Doñana, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, durante más de 50 años han sido un fuerte apoyo teórico y práctico a la conservación de esta especie. Los días 4, 5 y 6 de abril, en la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla, se ha desarrollado el V Seminario Internacional de conservación del lince ibérico: Estrategias de reintroducción. La inauguración de esta reunión estuvo presidida por el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal; la vicerrectora de Relaciones Institucionales, Elena Caro; el decano de la Facultad de Biología, José María Romero Rodríguez; y el director general de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos, Javier Madrid Rojo.

El consejero puso de manifiesto el reto que supone frenar la extinción del lince ibérico y el esfuerzo que ha realizado Andalucía al respecto, y que el horizonte actual es pasar su nivel de amenaza a en peligro. La reunión de Sevilla ha sido auspiciada por el proyecto europeo Life+Iberlince, que tiene como objetivo iniciar la recuperación de la distribución histórica del lince en España y Portugal, generando poblaciones estables mantenidas por sí mismas. El proyecto está coordinado por la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Medio Ambiente y constituye un reto transnacional –incluye a España y Portugal– y transautonómico –implica a Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y organismos autónomos de Parques Nacionales–, así como varias organizaciones no gubernamentales, como WWF y otras.

El proyecto desarrolla diferentes acciones: identificar áreas de reintroducción para establecer cuatro nuevas poblaciones; consolidar las poblaciones actuales en Sierra Morena y Doñana en Andalucía; crear corredores ecológicos entre núcleos donde este establecido; disminuir los atropellos actuando sobre la fragmentación y creando pasos de fauna; disminuir la tasa de mortalidad por causas diferentes; conseguir la máxima participación ciudadana, alcanzando los máximos niveles de apoyo social. Se pretende alcanzar en 2016 una población en la Península Ibérica de 450 linces, distribuidos en, al menos, seis núcleos poblacionales, Con ello se pasaría el nivel de amenaza para esta especie de en peligro crítico a en peligro.

La reunión de Sevilla ha permitido el encuentro de decenas de expertos a nivel mundial con la participación total de más de 400 personas, incluidos alumnos de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla, quizás en manos de los cuales en un futuro próximo esté la seguridad del lince. El director general de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos, Javier Madrid Rojo, manifestaba al final de la citada reunión y en relación con las conclusiones de la misma, el firme compromiso de seguir trabajando por esta especie aunando esfuerzos bajo el liderazgo de la Junta de Andalucía. Las conclusiones de la reunión plantean el camino a seguir para proteger el destino de esta especie son las siguientes:

1.- Es necesario establecer una Estrategia de Conservación Ibérica, que incluya a España y Portugal, para maximizar la viabilidad de la especie.

2.- Es fundamental impulsar el crecimiento de las poblaciones naturales o creadas por reintroducción de lince ibérico. Para ello se considera imprescindible la conexión de las distintas subpoblaciones existentes y el establecimiento de nuevas poblaciones dentro de la región mediterránea de la península ibérica.

3.- Todos los linces, silvestres o de cautividad, deben ser considerados como parte de una única metapoblación, que deberá ser gestionada globalmente.

4.- Es fundamental minimizar la consanguinidad y maximizar la diversidad genética remanente, por lo que la Estrategia de Conservación debería contemplar la implementación de un Programa de Gestión Genética.

5.- Se considera necesario mantener las actuaciones de mejora de hábitat.

6.- Es necesario aumentar el conocimiento sobre la demografía y las enfermedades del conejo para poder aumentar la eficacia de las actuaciones y conseguir fortalecer sus poblaciones. Para ello es necesario poner en marcha una Plan Ibérico de conservación para el conejo.