Otras formas de hacer política

20 jun 2015 / 19:47 h - Actualizado: 20 jun 2015 / 20:18 h.
"Partidos Políticos","Elecciones Autonómicas 22-M","Elecciones Generales 2015","Pablo Iglesias"

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha iniciado en Andalucía su “ruta del cambio” un largo itinerario que le llevará a todas aquellas ciudades y territorios en donde su fuerza política ha alcanzado el poder. Ha comenzado por Cádiz girando visita a su alcalde, José Manuel González “Kichi” en un ayuntamiento ocupado por un largo periodo por parte de Teófila Martínez, del PP. El mediático dirigente se dio un baño de masas y buscó el contacto directo con los ciudadanos ofreciendo así su perfil más amable y cercano posible. Al parecer, nos encontramos ante una nueva estrategia de cara a las próximas elecciones generales que pasa por dejar a un lado la crispación y la tensión y plantear comportamientos más amables y próximos a la gente. A lo que se ve, la cercanía de las urnas, como siempre ocurre, obra milagros hasta el punto de provocar modificaciones sustanciales en las maneras de hacer política por parte de un Iglesias que se ha de enfrentar a su prueba más definitiva en los comicios venideros y en donde aspira, según él mismo dice, a ser la primera fuerza política.

La duda estriba en determinar si esta nueva directriz en favor del rostro amable y la sonrisa sólo le afecta a él o a toda la organización incluida la de Andalucía encabezada por una Teresa Rodríguez más proclive a imitar las formas de los sempiternos líderes del SOC o el SAT como son Sánchez Gordillo o Cañamero que a exhibirse de manera con algo de más voluntad conciliadora. De todos es sabido que aquí el “Cañamerismo” se impone por encima de otras maneras por lo que se puede deducir que los nuevos aires que pretende imponer Iglesias sólo le afectan a él en su propia estrategia para alcanzar la Moncloa y no al resto de la formación como la andaluza que se encuentra ya en otra fase de pura oposición al gobierno del Susana Díaz, tal y como se ha puesto en evidencia nada más iniciarse la legislatura.

Con todo, se observan otros comportamientos que resultan muy alentadores. Ahí están los discursos de los dirigentes del PSOE y PP en el pleno de toma de posesión de la nueva corporación municipal de la ciudad de Sevilla. El nuevo alcalde, el socialista Juan Espadas, tras recordar la legitimidad de su elección como primer edil a pesar de ser la segunda fuerza política citando palabras textuales en este mismo sentido de la que fuera también alcaldesa del PP, Soledad Becerril, en su intervención tuvo la deferencia de reconocer el esfuerzo y la entrega que habían tenido sus antecesores encabezados por Juan Ignacio Zoido, a pesar de las diferencias políticas que mantenían, precisó. Traumatizados aún por la pérdida de poder, en la bancada popular se percibió la emoción a flor de piel al escuchar al nuevo alcalde agradeciéndoles el trabajo y el sacrificio realizado. Cómo no sería la cosa que hasta el propio Zoido cambió su propio discurso apelando a otro más personalista y directo lejos de la crispación y el enfrentamiento partidario. Tal y como está el panorama político español lo vivido en esa casa consistorial tiene un gran valor y así hay que destacarlo para que cunda el ejemplo.

Algo de lo mismo se puede decir del alcalde de Málaga Francisco de la Torre, del PP. Tanto en su toma de posesión como en sus evoluciones para conseguir el apoyo de Ciudadanos se ha empleado con un estilo y clase que distan muy lejos de lo que exhibe su colega de Granada, José Torre Hurtado, quien llegó a lo máximo firmando el acuerdo con el representante de este mismo partido para asegurarse la alcaldía en la sobremesa de un restaurante tras un copioso almuerzo, entre los restos de un buen plato de cabrito y gambas. Es fácil imaginar qué titulares se hubieran ofrecido si los protagonistas de tan chusca imagen hubiesen sido otros, entiéndase del PSOE o IU.