La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, fue ayer madre después de afrontar dos duras campañas electorales estando embarazada y de estar hasta el final afrontando sus responsabilidades, incluso fuera de cuentas. Su abandono temporal de las atribuciones que tiene como máxima responsable del Gobierno andaluz las va a asumir el vicepresidente Manuel Jiménez Barrios, que será el nuevo presidente en funciones, pero que no podrá disponer de todas las competencias que corresponden a la presidenta. Según las leyes andaluzas, algunas son exclusivas de la titular, como crear, modificar o suprimir vicepresidencias o consejerías.
La baja de Díaz ha sido ampliamente comentada. Es la primera vez que un Presidente de la Junta de Andalucía se ausenta tanto tiempo, y aunque el permiso de maternidad lo va a compartir con su marido y coincide con el periodo vacacional, los medios y las redes sociales han discutido sobre sobre si debía agotar o no todo el tiempo que marca la ley, al ser la titular de un cargo tan relevante. Acogerse a la baja maternal es un derecho reconocido después de arduas batallas. Precisamente por eso y precisamente ella, por el cargo que ostenta, más que nunca debe ser quien dé ejemplo.