Menú

A la luz del barroco

Aprende historia del barroco de sevillano durante el verano en las visitas al Hospital de los Venerables Sacerdotes. Cada jueves, a partir de las diez de la noche y durante hora y media, ‘Engranajes Culturales’ muestra la Iglesia, la Sacristía, la altana y el patio a la luz de las velas

10 jul 2017 / 10:22 h - Actualizado: 10 jul 2017 / 10:25 h.
"Arte","Historia","'El Correo Noticias'"
  • A la luz del barroco

El verano es la estación ideal para sacar tiempo y conocer mejor la historia de Sevilla cuando la ciudad se queda desierta. Aquellos amantes del arte que no hayan huido a la playa cuentan con un buen plan en el barrio Santa Cruz para disfrutar del patrimonio barroco sevillano. La Fundación Focus organiza, por segundo año consecutivo, las visitas nocturnas a uno de los conjuntos arquitectónicos y artísticos del S. XVII más ricos de la ciudad.

El Hospital de los Venerables Sacerdotes —también centro expositivo dedicado a Diego Velázquez— acoge estas veladas cada jueves a partir de las diez de la noche y durante una hora y media se escucha la charla impartida por los chicos de Engranajes Culturales, empresa encargada de dicha actividad. Uno de los monitores, Sergio Raya, cuenta que el hospital fue levantado en 1673, cuya construcción fue promovida por el canónigo de la catedral Justino de Neve, bajo la dirección del arquitecto Leonardo de Figueroa. El canónigo, que dedicó el edificio a la figura de San Pedro, falleció en 1685, cuando el hospital aún estaba en obras, por lo que no pudo ver expuestas sus donaciones como la Inmaculada o San Pedro Penintente, ambos de Murillo —su íntimo amigo—. Justino de Neve cuenta con una calle que desemboca en la Plaza de los Venerables.

En la visita se contempla la belleza de la Iglesia, la Sacristía, el patio, la biblioteca, la altana, la antigua librería y el patio del corral de comedias de Doña Elvira. La Iglesia está dedicada a San Fernando, es de una sola nave y en ella se levantó el retablo mayor en el año 1889, está presidido por el lienzo de la Última Cena de Lucas Valdés, de finales del S.XVII. En el ático se encuentra otro gran lienzo de mayor dimensión que versa sobre la glorificación del rey santo, del mismo autor. En la zona del prebisterio se puede contemplar la escena de San Fernando rendido a los pies de la Virgen de la Antigua —devoción de la época que se puede comparar hoy en día con la Macarena o el Gran Poder—. El rey cuya estatua preside la Plaza Nueva se encuentra también hecho escultura a los pies del muro izquierdo, obra del famoso escultor Pedro Roldán –autor también del Señor del Silencio de la Amargura o de las figuras del Descendimiento de Cristo de la Quinta Angustia–.

En el muro derecho una Inmaculada de autor anónimo preside un retablo cuya protagonista fue antes de la invasión francesa la Inmaculada de Murillo, robada en aquel entonces por el mariscal Nicolás Dieu Soult. Se recuperó en el S. XX y hoy está en el Museo del Prado.

Las entradas para disfrutar de este plan se pueden adquirir en www.engranajesculturales.com y tienen un precio de 12 euros.