Con música se golea mejor

Patrimonio sonoro. El Arrebato y Rafael González-Serna, pero también López Farfán, Cantores de Híspalis y hasta la Orquesta Barroca enriquecen la banda sonora de los clubes

06 ene 2018 / 18:42 h - Actualizado: 06 ene 2018 / 18:42 h.
"Música","El derbi sevillano"
  • El Arrebato, en una imagen de archivo del 1 de julio de 2005, interpretando el Himno del Centenario del Sevilla Fútbol Club. / Antonio Acedo
    El Arrebato, en una imagen de archivo del 1 de julio de 2005, interpretando el Himno del Centenario del Sevilla Fútbol Club. / Antonio Acedo
  • Aficionados béticos cantan su himno en un partido en Milán en 2007. / Efe
    Aficionados béticos cantan su himno en un partido en Milán en 2007. / Efe
  • Detalle de la portada del disco Furor Bético, de la Orquesta Barroca de Sevilla.
    Detalle de la portada del disco Furor Bético, de la Orquesta Barroca de Sevilla.

El fútbol es eso que corre por las venas. Sentimientos, adhesiones, militancias. Y en una ciudad tan inmensamente polarizada por dos colores como Sevilla buena parte de los intelectuales han querido pasar desapercibidos. No es que estén al margen; es más bien que lo llevan de puertas adentro. Así las cosas, el patrimonio musical de los clubes se circunscribe, salvo alguna anécdota –y casi excentricidad– que veremos, a los himnos pasados y presentes con los que las respectivas aficiones se identifican.

Si se le pregunta a un sevillista este dirá que el Himno del Centenario, creado y cantado por El Arrebato, es de los mejores del mundo. Subjetividades aparte, lo cierto es que también lo reconoce así una clasificación hecha el pasado año por el afamado medio galo France Football, que situaba al cántico nervionense como el quinto más coreado y valorado del mundo balompédico; ranking que encabezaba You’ll never walk alone, que entonan los hinchas del Liverpool.

Inspirado por la afición de su padre, Javier Labandón El Arrebato lo interpretó por primera vez el 1 de julio de 2005 en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Escrito semanas atrás en una sola noche, muchas veces ha comentado su autor que hasta bastante después no sería «consciente» de que aquel himno no iba a ser simplemente, y como preveía erradamente, «una anécdota» en su carrera. Su música y su letra ensombreció al anterior himno del club, de 1983, debido a Ángel Luis Osquiguilea de Roncales y que continúa siendo el oficial, junto con el del Arrebato. Aquel primer himno continúa no obstante oyéndose al finalizar los encuentros en casa.

También el club de Heliópolis tiene dos himnos en uso. El primero de ellos, de 1982, con letra y música de José Alonso Fernández, fue compuesto con motivo de las Bodas de Platino del Betis y ha contado en numerosas ocasiones con las voces de Cantores de Híspalis. Posteriormente, y también con motivo del centenario en 2007, Rafael González-Serna estrenaría el hoy más popular Al final de la Palmera.

En otro ámbito musical, el compositor Manuel López Farfán (1872-1944), autor de marchas procesionales como Pasan los Campanilleros y Estrella Sublime escribió en 1925, con motivo de la mayoría de edad del Betis, el pasodoble El Real Betis Balompié, compuesto en colaboración con Andrés Egea, bético como él. Este pasodoble fue reestrenado en 1992 por la Banda de la Cruz Roja, cuyo director, Enrique García Muñoz, fue el autor de la recuperación de la histórica partitura que estuvo muchos años guardada en una carpeta equivocada. Más curioso, por excéntrico, resulta el hecho de que la Orquesta Barroca de Sevilla haya interpretado –y hasta grabado en disco– la composición Furor Bético, del violinista y verdiblanco compositor Valentín Sánchez Venzalá, obra basada en el himno de Serna y que adquiere aquí formato puramente instrumental en los atriles de un conjunto que toca con instrumentos de época.

Capítulo aparte lo constituyen las sevillanas, de las que ambas aficiones son propietarias morales de un buen puñado de ellas. Gordillo, Antonio Álvarez y Curro Sanjosé, a la sazón, Amigos del Arte, han cantado pródigamente al balompié. También circulan las sevillanas del escudo de las trece barras, también conocidas como las de Manuel Ruiz de Lopera el cielo te iluminó. El grupo Los Rocieros, sin hacer distinción, le ha cantado al Sevilla y al Betis, y el buscador de perlas sonoras con aroma a césped encontrará canciones dedicadas a Maresca y a Emaná, el Himno del Betis de Cantores de Híspalis, las Sevillanas de Eindhoven o las populares Sevillanas del Guau Guau que El Marchena le compuso al perro de Lopera, Hugo.