La Castrense ya presume de su nuevo título de Real por las arenas

Salida. La filial de Tablada comenzó su camino tras una misa en la que se rezó por quienes no pueden hacer este año el camino hasta El Rocío

15 may 2018 / 22:02 h - Actualizado: 15 may 2018 / 22:05 h.
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«Que todo el mundo sea rociero» es la frase que hace exactamente 25 años pronunció el papa Juan Pablo II en su visita a la aldea almonteña, y es la misma que protagoniza el cartel de la romería del Rocío de 2018, el mismo que daba la bienvenida ayer a los primeros romeros que llegaban a la parroquia del acuartelamiento de Tablada. A un lado, un retablo de la Virgen de Loreto, y a otro, el semblante del Cristo de las Tres Caídas. Ambas advocaciones recibían a todos en una mañana tan fresca como ansiada para que los romeros de la Hermandad Castrense de Tablada comenzaran el que es ya su sexto camino como filial de la Matriz de Almonte. Una hermandad joven, con sello propio, perteneciente al Arzobispado madrileño e instalada en territorio del Ministerio de Defensa.

Con cinco minutos de retraso comenzó una misa de romeros que, pese a la intimidad característica de una hermandad que no llega a los 150 peregrinos, consiguió llenar la parroquia para inaugurar la romería rezando y pidiendo por todos aquellos que este año no pueden pisar los caminos de arena.

Filial 112

La Hermandad del Rocío de Montequinto, que hasta ahora realizaba el camino junto a Sevilla Sur, se estrenó ayer comenzando a andar acompañando a Tablada, cargados de fe por ver a la Blanca Paloma y en palabras de su hermano mayor, Felipe Olivares «teniendo por seguro que será un camino espléndido porque la hermandad Castrense cuenta con personas muy acogedoras y cuando se va por primera vez con alguien diferente la ilusión es la protagonista». No menos emocionado se encontraba Manuel Senciales, el hermano mayor de la Castrense de Tablada, quien aseguró que no deja de pensar en la única persona que verdaderamente le falta en el camino, y que por su pérdida no pudo realizar el camino hace dos años. Tras volver a las arenas el año pasado, este 2018 repite en las maristas con su hermandad que además ya cuenta con el título de Real tras la concesión del mismo por parte de la Casa Real el pasado 20 de abril.

La nota emotiva y novedosa fue más allá de las circunstancias personales que llevan a los romeros al Rocío, porque además de ser innumerables hacen brotar a muchos las lágrimas. Dada la vinculación de la hermandad con las Fuerzas Armadas, al término de la misa de romeros, el general del Ejército del Aire, Manuel Gimeno Aránguez, impuso su fajín militar al bendito Simpecado. El general manifestó: «en el momento en el que la hermandad se puso en contacto conmigo para proponerme la donación de la faja tuve claras las similitudes de las Fuerzas Armadas con una hermandad. Todos tenemos vocación de servicio a los demás, y nos debemos a ellos y a nuestras familias. Este fajín por ello nos representa a todos, y a la hermandad».

Los alumnos del Colegio Vara del Rey tampoco perdieron ocasión de rezar por sevillanas y hacer una ofrenda floral a las diez de la mañana cuando llegó a la altura del centro escolar la carreta de madera presidida por la Virgen de Loreto, patrona del Ejército, junto al Simpecado de tercipelo azul. La Banda del Acuartelamiento de Tablada acompañó a las doce carretas las primeras horas de la mañana.