El Centro de Formación Profesional EFA Elcható, situado en Brenes, celebra este curso su 50 aniversario. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ofició una Misa de Acción de gracias en la Parroquia de la Purísima Concepción de Brenes, acompañado por las voces del coro del colegio Entreolivos de Sevilla. Asenjo puso de relieve la labor humana, social, académica y cristiana de esta primera Escuela Familiar Agraria femenina de España, pionera del régimen de alternancia y primera escuela rural de la mujer y para la mujer
Testimonios de vida
El Correo de Andalucía ha hablado con varias antiguas alumnas y monitoras de toda la provincia, desde la Vega del Guadalquivir, pasando por Los Alcores o de la Sierra Norte. “En este centro de enseñanza nos inculcaron valores humanos: compañerismo, amistad, solidaridad, respeto a los demás, saber escuchar, trabajar en equipo y preguntarnos siempre el porqué de las cosas. También, valores cristianos: el amor y respeto a la vida, al prójimo, a nuestros padres y a la familia y, lo más importante, el amor a Dios y a la Virgen”, indican.
Lejos de lo que muchos críticos de la educación diferenciada intentan imponer, este grupo de mujeres resalta la convivencia en este centro, la cual era maravillosa: “Había amistad verdadera que aún perdura, compañerismo, relación de cariño, comprensión, generosidad y ayuda mutua. A pesar de los pocos medios, reinaba la alegría. Hubo familias en las que todos sus hijos fueron alumnos de las EFA, cosa que llevan con orgullo; de otra forma les hubiera sido imposible estudiar”. Para estas alumnas, la realidad actual es que “se echa en falta el respeto entre las personas y la de valores humanos y cristianos que nos inculcaron”.
En la España de hace medio siglo nadie podía pensar en otro tipo de educación que no fuera la diferenciada. Sin embargo, esta treintena de compañeras y monitores afirma que la experiencia educativa “fue muy positiva pues al estar en régimen de internado y alternancia y siendo niñas, se creaba mucha complicidad entre nosotras y creemos que fue la mejor forma para la educación personalizada que la EFA ofrece”.
Con el sistema de alternancia, el conocimiento de las familias y del medio rural, las niñas educadas en la EFA “han sido, fueron o fuimos un revulsivo en este medio, objetivo principal de la EFA Elcható”, indican.
La EFA es como su segunda casa. Allí dieron sus primeros pasos por la vida, y como concluyen, “nos ayudó a vencer la timidez y a desarrollar cualidades que ni siquiera conocíamos, en definitiva una forma de vida que hemos puesto en práctica con la familia que cada una hemos formado”.
Y es que la EFA Elcható ha marcado a personas que incluso su paso por ella fue breve, pero intenso. Es lo que le ocurrió a Marisa, manchega de nacimiento y carmonense de adopción. Después de trabajar dos años como monitora en la EFA Elcható la decisión que tomó con su marido fue formar una familia “y así quiso el Señor que fuera. Tuvimos cuatro hijos y siempre me he esforzado en hacer mi ‘trabajo’ con esmero y con esfuerzo. Elcható me enseñó que la educación ya sea de los hijos o como docente es un proceso de mejora personal que empieza por uno mismo”, afirma.
Al llegar a Carmona hace 39 años se planteó desarrollar otra actividad y estuvo de catequista muchos años intentando servir a su parroquia. Al no trabajar fuera de casa “era la mejor manera de servir a los demás, enseñanza que aprendí en la EFA”. Y es que afirma que “cuando ves que con tu esfuerzo y trabajo las cosas van a mejor se disfruta con ese progreso”.
La vida de Marisa, marcada por Elcható, siempre ha estado ligada a la enseñanza pues su marido ha sido maestro y esto ha influido de manera positiva en la educación de sus hijos “a los que hemos educado en los valores humanos y cristianos. Una educación integral, lema que siempre ha sido Elcható”, concluye.
Numerosas personalidades
A la cita, acudieron el alcalde de Brenes, Jorge Barrera, y la concejala de Educación, Cristina Calle, así como una multitud de antiguas y actuales alumnas, profesoras y directivos, padres y amigos que le han acompañado en este largo recorrido.
Después, los invitados acudieron al Hotel Huerta el Juncal para participar en el evento de celebración, un acto presentado por la directora, Cecilia de la Cerda, y conducido y amenizado por Jacobo Súnico que contó con la participación de algunas de las protagonistas de estos 50 años de vida. Elcható, desde sus comienzos, tiene como misión proporcionar una formación integral de calidad a la mujer rural. Su compromiso es que llegue a ser agente de cambio en su propio entorno a través del desarrollo de un trabajo profesional que puedan poner al servicio de la sociedad.
A continuación, tuvo lugar un cóctel y una rifa a beneficio de la labor social de Elcható que contó con la aportación de varias empresas colaboradoras de la zona.