En 1943 la hermandad de la Cruz de Arriba de Aznalcóllar recibió como titular a la Virgen del Rosario. En el 75 aniversario de su incorporación, el pleno del Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad la concesión de la Medalla de Oro de la localidad a la efigie mariana, así como denominar con el nombre de la Virgen la conocida como plaza del Teatro.
Con ambos reconocimientos, «el Ayuntamiento se suma a los honores que el pueblo de Aznalcóllar rendirá a María Santísima del Rosario con motivo de su glorioso aniversario», señalan desde la hermandad, que además también le dedicará sus Fiestas Mayores, que tienen la particularidad de no ser anuales.
La llegada de la Virgen a la corporación de la calle Sevilla culminó un proceso de «sevillanización» de la hermandad, iniciado con el encargo de la nueva Cruz al escultor y dorador Hipólito Rossi en 1897. Imagen anónima, procede de una casa palacio de Lebrija, propiedad de una familia de la hermandad. Castillo Lastruci la restauró en 1939, siendo bendecida en 1943. Coincidiendo con este hecho, la hermandad aprobó en cabildo de hermanos conmemorar la efeméride con las fiestas grandes, que no se celebraban desde 2014.
Es costumbre en la Cruz de Arriba que las Fiestas Mayores no sean anuales, sino que «esporádicamente, según la situación económica de la hermandad» se celebren, mediando un periodo que «entre la última y la siguiente nunca debe sobrepasar los cinco años», según recogen las Reglas. Estos años se aprovechan además para trabajar por las fiestas y conseguir el máximo esplendor.
Así, con motivo de este aniversario y las fiestas grandes, la hermandad va a ofrendar a la Virgen del Rosario una nueva corona, diseñada por Sergio Cornejo y cincelada por el orfebre Ramón León. Para su elaboración –y para sufragar las fiestas– se han repartido huchas por los domicilios de los hermanos de Arriba, que además vienen donando desde hace más de tres años objetos de plata para su ejecución.
Este será el principal estreno en las próximas fiestas, a celebrar en el mes de julio, pero no el único. El compositor Rubén Jordán trabaja en una nueva marcha, que se titulará ¡Viva la Virgen del Rosario!, que complementará a la pieza compuesta en 1927 por Manuel López Farfán denominada ¡Viva la Cruz de Arriba! El grupo joven estrenará un banderín, con diseño de Francisco Javier Sosa, que ya se elabora –tras las primeras puntadas simbólicas en la capilla de Arriba– en el taller de bordados Sosa y Medrano. Todos los estrenos serán presentados en una exposición el primer fin de semana de julio.
Desde que las fiestas fueran aprobadas por el cabildo de hermanos, se trabaja en la preparación de adornos, colgaduras y arquitectura efímera para engalanar el pueblo en los días grandes. Del mismo modo, se ha designado a Francisco Javier Segura como pregonero de las Fiestas Grandes, encargado de realizar el pórtico literario para la celebración de sus fiestas. Y a través de su pintura, Rafael Laureano será el encargado de realizar el cartel anunciador.
Otro aspecto importante es la música en las fiestas de Arriba. Y desde siempre se ha aprovechado el espacio entre ellas para buscar las mejores bandas, comentan desde la corporación. Para el presente año llevarán sus sones a Aznalcóllar bandas como Las Nieves de Olivares –para el pregón, la coronación y la imposición de bandas–, la sociedad filarmónica El Carmen de Salteras; los sones legionarios de la banda de Cornetas y Tambores y Escuadra de Gastadores de la Santa Vera Cruz de Alhaurín el Grande para la mañana de la salida procesional; la agrupación musical Virgen de los Reyes para la procesión del último domingo de julio, y las bandas locales, la Municipal de Aznalcóllar y la agrupación Nuestra Señora de Fuente Clara.
Desde el día 21 de julio, la Cruz de Arriba estará en fiestas. La imposición de bandas a los Mayordomos de la Cruz y de la Virgen y la coronación de las Reinas mayor e infantil –con sus cortes de hasta doce damas, pajes y acompañantes–, abrirán los actos junto con el pregón. Desde el 26 al 28 de julio se sucederán entre veladas populares y festejos populares, el encendido del alumbrado, el Romerito u ofrenda de romero a la cruz y la romería a la ermita de la dehesa de los Llanos. Será el último domingo del mes cuando la Santa Cruz y la Virgen del Rosario –estrenando la nueva corona y la medalla de la localidad– procesionen hasta la parroquia en la mañana y por el pueblo durante la tarde y la noche, poniendo fin así a las fiestas grandes.
Hasta 1919 las fiestas se celebraban anualmente. Fue entonces cuando se decidió aplazarlas para reunir fondos e invertirlos en mejoras, siendo las siguientes en 1926. En ese formato se mantienen hasta la actualidad, sin certeza cuando acaban unas del momento en que se celebrarán las siguientes. Desde abril del pasado año se trabaja para enaltecer a la Santa Cruz en sus fiestas, que se vivirán disfrutando en todo momento sin saber cuándo se celebrarán otra vez.