Alanís vibra otro Viernes Santo con la procesión del encuentro

Tras la bajada en la que se lleva a cabo el traslado de la Ermita a la Parroquia, Ntro. Padre Jesús procesiona junto a Ntra. Sra. de la Amargura pro las calles de Alanís. El encuentro, que tiene lugar en la Plaza del Ayuntamiento vuelve a congregar a un importante número de fieles.

15 abr 2022 / 19:17 h - Actualizado: 15 abr 2022 / 19:22 h.
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Hay imágenes por las que el tiempo no pasa. Ni falta que hace. Hay postales que nunca envejecen y ahí está su esencia. Como los olores y fragancias de cuaresma, hay marcos idílicos que se impregnan en la piel y en las retinas. Eso es, justamente, lo que es preciso conservar.

La Hermandad de Ntro. Padre Jesús de Alanís ha visto pasar ante sí el inexorable ritmo de los tiempos. Y no es que no haya ido con él, sino que ha sabido conservar su propio ritmo para no caer en lo zafio o lo inconveniente. Ha sabido atesorar su esencia y resistir a modas innecesarias, y eso la ha convertido en única.

La bajada, un momento especial

También para esas benditas imágenes llegó este Viernes Santo su madrugá. Cuando la medianoche rompía las cortinas de un magnífico Jueves Santo y dejaba ver tras de sí un halo de misticismo, Jesús Nazareno descendía desde su ermita y se sumergía entre la devoción de un pueblo que lo adora y venera. Era una nueva bajada que llenaba de ilusión otra noche mágica. Han tenido que pasar tres años para ver repetida esta imagen de la que muy pocos sitios pueden presumir. Tres años de fe y esperanza que han volado deprisa en el fulgor del momento. Porque las cosas, cuando se esperan y se disfrutan con tanto amor se suceden en un abrir y cerrar de ojos. El traslado hasta la parroquia ponía de manifiesto la devoción que nunca se pierde. Que nunca se ha de perder.

Con tan maravillosa antesala no era de extrañar que la procesión posterior fuera, de nuevo, una oda a la tradición, al buen gusto y al arraigo de todo un pueblo. Un pueblo, todo sea dicho de paso, que le devolvió todo ese amor salvándolo con ingenio de los desastres de la guerra, y permitiendo, de esta manera que esta sea una de esas joyas de la comarca que cuenta con más de cuatro siglos de antigüedad.

Recorrido cargado de belleza

Queriéndote como te quieren, no es extraño que andes como lo haces. Y si a ello se le suma la belleza incomparable de la Virgen de la Amargura bajo palio el cortejo cobra vida propia y regala allá por donde vaya un rosario de hermosura de cuentas eternas y tacto sublime.

El paso del tiempo es el que cada uno quiere dar a su vida, a sus ideas o a sus cosas. Y se puede medir en segundos, calles o barrios. En subidas al Campillo o en zapatillas de costalero que rezan con los pies mientras el paso se acerca a la efímera despedida.

Es ese momento otro instante de magia emerge en Alanís. Un momento que mantiene expectante a un pueblo, cuando su cristo se desplaza por la calle Fernández Espino y llega hasta la Plaza del Ayuntamiento. Y allí esperará a su santa madre, que aparecerá por la calle Ntra. Sra de las Angustias hasta llegar a desembocar al mismo lugar. Allí, delante del consistorio se escenifica otra de esas grandes estampas que cada año cimienta sus raíces. Una de esas escenas que con el paso del tiempo otras localidades eliminaron, pero que en Alanís se resisten a hacerlo, porque eso sería lo mismo que renunciar a sus tradiciones, a su momento álgido, y, en definitiva, a su Semana Santa.

El encuentro más esperado

No hay nada tan puro como ser fiel a sí mismo. Y eso la multitud lo sabe y por ese se agolpa en el lugar. Para presenciar lo que incluso a pantallas de móvil escapa. Para volver a vivir un encuentro que este año además se tiñe de reencuentro. Y mientras Jesús Nazareno se acerca, su madre impasible le regala los sones de Amarguras que la Banda de Músico Antonio Hernández Tomillo interpreta para la ocasión. Y tras este gesto único, otro que habría que buscar adjetivo para calificarlo, pues no cabe en una palabra mayor muestra de sentimiento que ese beso del cristo al palio mientras suena de fondo una delicia como Mi amargura.

Nervios afuera, la satisfacción es amplia. El orgullo no cabe en el pecho y la singularidad de un acto jamás tuvo recompensa tan grande. Incluso el sol ha dibujado sobre un celeste cielo benigno han querido ser partícipes de tan bello desarrollo. Ahora habrá que tomar rumbo hacia una nueva recogía. Un último esfuerzo, pero el primero de los que restan para que el año que viene se pueda seguir disfrutando de algo tan auténtico como la estación de penitencia de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús y Ntra. Sra. de la Amargura, de Alanís.

Hay cosas que el inexorable paso del tiempo habrá de variar. Hay otras, por las que ni tan siquiera tan inmisericorde enemigo podrá combatir, y ni mucho menos ganar. En Alanís saben que eso es así, y que así será, que no hay razón para cambiar, y que tal cambio no hace ninguna falta. La pureza no se negocia. Cuando se habla de sentimientos hay razones que incluso el corazón entiende.