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Alumnos rechazan el acoso a un profesor

Los estudiantes del instituto Bajo Guadalquivir de Lebrija protestan contra la agresiones continuas de varios compañeros a un docente de un módulo de carpintería

07 feb 2018 / 22:56 h - Actualizado: 07 feb 2018 / 23:37 h.
"Educación","Acoso escolar"
  • El alumnado del instituto Bajo Guadalquivir salió ayer al patio para protestar contra el acoso que sufre un profesor. / El Correo
    El alumnado del instituto Bajo Guadalquivir salió ayer al patio para protestar contra el acoso que sufre un profesor. / El Correo
  • Los estudiantes del centro dieron ayer la espalda de forma simbólica a los hechos.
    Los estudiantes del centro dieron ayer la espalda de forma simbólica a los hechos.

Un profesor acosado por sus alumnos desde el pasado noviembre, un claustro que reclama ayuda de un equipo directivo que, según ellos, no les presta, y un alumnado decidido a apoyar a sus profesores y rechazar la violencia. Es el cócktail que se vive desde hace varios días en el instituto Bajo Guadalquivir de Lebrija, uno de los tres centros de Secundaria en la localidad, donde se vive un ambiente crispado tras producirse hace dos semanas la agresión de un profesor del módulo de carpintería, que recibió un golpe con un taco de madera en la cabeza, aunque fuentes del centro aseguran que «es lo que se ha conocido últimamente, lo más llamativo, pero es la gota que ha colmado el vaso».

Lo llamativo del caso es que han sido los propios alumnos los que han salido en defensa de su profesor agredido. Ya sea con concentraciones silenciosas o con llamativas protestas, los alumnos lebrijanos no parecen dispuestos a que su profesor siga siendo acosado, y lo hacen reclamando la dimisión de su directora y el equipo directivo de seis personas que la acompañan.

Esta docente, profesora de inglés, que se encuentra al frente del centro educativo no se pronuncia en público. Tampoco hay versión oficial desde el Ayuntamiento, donde se firmaba en noviembre pasado lo que se denominó Plan de Convivencia Escolar, que los afectados en el Bajo Guadalquivir aseguran que es un documento –el referente a este centro– que no existe.

El calvario que sufre el profesor del módulo de carpintería ha tenido resonancia por el ya famoso episodio del taco de madera, pero viene de mucho más atrás.

«Este hombre sufre acoso desde noviembre, y lo único que un profesor puede hacer en estos casos es poner un parte de disciplina. A esos partes les tiene que dar salir el Jefe de Estudios, y que los agresores fuesen expulsados desde noviembre, pero no ha sido así». La misma fuente señala que «le han llenado su maletín con serrín, le han lanzado agua con una pistola a presión, le han amenazado con herramientas, hasta que entró en el aula un alumno de perfil conflictivo, que dijo que era absentista y volvía tras mucho tiempo, pero él vio que no así, de modo que intentó avisar al profesor de guardia, pero dos alumnos le acorralaron, no le dejaban salir de clase, no le dejaron coger su móvil para pedir ayuda, hasta que pudo salir del aula».

En condiciones normales, asegura esta fuente, «habrían sido expulsados los alumnos, pero el acoso siguió. Al lunes siguiente le pegaron en la espalda un pene, que tuvo pegado toda la jornada lectiva, y al día siguiente fue cuando le tiraron un trozo de madera a la cabeza. Cuando lo cuenta en dirección, lo meten en un despacho y le plantean que van a levantar contra él un informe negativo, lo que no pueden hacer, pero él es joven y pensó que sería algo que le perjudicaría».

De esta forma, los profesores difundieron a través de WhatsApp la petición de apoyo al compañero agredido y acosado, y de 78 docentes se reunieron 66 en el recreo, «en una protesta silenciosa en nuestro rato libre». De esa cita tomaron nota los alumnos, que decidieron posicionarse al lado del profesor. Este miércoles se concentraron en el patio en las tres últimas horas de clase, en la tarde del martes se reunieron con padres y profesores en la Plaza de España, y algunos de ellos, los mayores de edad, ya ha tramitado una petición formal ante la Delegación del Gobierno para organizar una manifestación en Lebrija.

En el patio, durante la protesta de ayer, los alumnos pidieron enérgicamente la dimisión de la directora del centro y su equipo directivo (vicedirector, jefe de estudios, dos adjuntos y el secretario), y todo ante la mirada del Jefe de Inspectores de zona, que acudió a ver lo que puede solventar desde la Administración en el propio centro educativo.

Las fuentes consultadas en el centro vuelven al asunto del Plan de Convivencia del Escolar, «que no existe, y debería estar colgado para que fuese visto por todos». El global de la localidad lo firmó el alcalde de Lebrija, José Barroso, y la delegada de Educación, Teresa Ganfornina, y los directores de los centros lebrijanos, Bajo Guadalquivir, Fontanal y Virgen del Castillo. Visto el efecto, los afectados lo califican de «papel mojado».

EL CLAUSTRO PIDE UNA INVESTIGACIÓN

De los 78 profesores del Bajo Guadalquivir (tres están de baja), 66 han firmado un escrito dirigido a la directora en el que piden que se investiguen los hechos, «se identifiquen a los autores y se tome como medida inmediata la suspensión del derecho de asistir a clase de los mismos hasta que se determinen las medidas disciplinarias adecuadas». En este sentido, «le sugerimos que ante la gravedad de los hechos (...) se valore la posibilidad de imponer como medida disciplinaria el cambio del centro docente», si tras el procedimiento de tramitación se estimara oportuno», además de que «se active el Protocolo de Actuación en Caso de Agresión al Profesorado». Piden que el centro agilice «los procedimientos de corrección de conductas contrarias y gravemente prejudiciales para la convivencia, aplicándose las sanciones adecuadas».