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Grupo de personas usuarias de la Fundación TAS (Foto: Fundación TAS)
El bienestar de las personas con discapacidad pasa por el del núcleo familiar, por su integración y comprensión en él y por la adaptación y evolución de los miembros que lo componen a las circunstancias y etapas propias en la vida de esta persona. Desde esta premisa, la Fundación TAS – Trabajo, Asistencia y Superación de barreras – viene desarrollando el proyecto denominado ‘Atención a familias y jóvenes con discapacidad de las zonas rurales’, un apoyo familiar y emocional en el que participan familias de la zona media de La Vega, la Sierra Norte de Sevilla y el Corredor de la Plata.
El proyecto parte desde “la mirada sistémica, donde el síntoma de cada persona es tratado en el conjunto de la familia”, se explica desde la Fundación. Esto permite “entender y dar sentido a la conducta individual” de la persona con discapacidad en el núcleo familiar. La importancia de este enfoque radica en que “para el progreso y la evolución de un miembro de la familia, es necesaria e imprescindible la implicación directa de los otros miembros, ya que entre todos forman una unidad.”
Espacio de encuentro para compartir experiencias, emociones y dudas
A través de este programa se proporciona apoyo emocional tanto a las personas usuarias como a sus familias, así como información y asesoramiento en aquellas “situaciones críticas surgidas en relación a la discapacidad y la etapa del ciclo vital”. Supone un espacio de encuentro para compartir experiencias, emociones y dudas, además de crear nuevas redes de apoyo entre las familias participantes.
Las sesiones con las que se desarrolla este proyecto – grupales e individuales – se dirigen a padres y madres, tutores y tutoras, figuras parentales de cada familia. Su objetivo es “conocer y reconocer las posibilidades de cambio hacia un estado de bienestar común”, en el que “la regla de oro es cuido cuidándome”.
En este sentido, la labor de acompañamiento familiar se presta atendiendo además a “cómo va desarrollándose, adaptándose y cambiando a lo largo del tiempo, por etapas”. Cada una de ellas presenta “retos distintos a los que enfrentarse y a los que la familia debe adaptarse”. Se trabajan por tanto como “tareas evolutivas” destinadas a “alcanzar el estado de bienestar y salud en el sistema familiar”. A través de talleres se trabajan los temas que preocupan a cada familia, utilizando técnicas para el desbloqueo emocional y la expresión de los mismos, dinámicas grupales para el autoconocimiento y autocuidado, toma de conciencia de necesidades y resolución de conflictos.
Se tratan temas a demanda de los participantes
Medio centenar de personas, desde padres a hermano e incluso abuelos de personas usuarias de la Fundación, se benefician en este proyecto. Según apuntan desde TAS, se tratan a demanda de los participantes temas como “sobrecarga y desgaste físico, psíquico y emocional, pautas de crianza, herramientas ante conductas desadaptativas, relación de pareja y dinámica familiar disfuncional, duelo, autoestima, regulación emocional en cuarentena por COVID-19, situaciones estresantes, trastornos del sueño”, entre otros.
Subvencionado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, con cargo a la asignación presupuestaria del 0,7% del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el proyecto se viene desarrollando en las doce localidades que se integran en la Fundación TAS.
Creada en 2002, es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y la de sus familias en el entorno rural. Se gestiona a través de un patronato compuesto por los ayuntamientos de Alcalá del Río, Alcolea del Río, Aznalcóllar, Brenes, Burguillos, Cantillana, Castilblanco de los Arrroyos, Gerena, La Algaba, Lora del Río, Tocina y Villaverde del Río.