Balones de sobra para los más pequeños de Los Palacios y Villafranca

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
04 ene 2018 / 22:19 h - Actualizado: 05 ene 2018 / 00:08 h.
"Cabalgata de los Reyes Magos","Cabalgata de Reyes 2018"
  • Una multitud rodea a la carroza de Pinocho. / A.R.
    Una multitud rodea a la carroza de Pinocho. / A.R.

Como vaticinaron la Concejalía de Festejos y las Ampas en su decisión de adelantar la Cabalgata para rehuir la lluvia, ni a los 250 niños que integraban el desfile ni a los miles que se agolpaban por las esquinas del barrio del Pradillo ayer tarde se les pasó por sus cabezas si era 4 o 5 de enero. Y menos si los chiquillos, como los Magos, tenían en su poder tantos kilos de caramelos (40.000) y hasta balones para poder repartir y regalar (50.000). El itinerario, como todos los años desde que gobierna IU, fue por calles distintas. Esta vez, las 15 carrozas de la Cabalgata de la Ilusión –se ha incorporado la del Cartero Real– arrancaron en el Paseo de Europa, una zona de especial crecimiento más allá del populoso barrio del Pradillo, por cuya calle Picasso enfiló la comitiva sin que la muchedumbre le diera tregua. Seis de las carrozas –incluidas las de los Reyes– eran nuevas. Y desde luego nuevos eran los trajes que con esmero les prepararon a los chicos de 2º y 3º de Primaria.

Primero por el Furraque y luego por la calle Real, todo el pueblo parecía haberse congregado por unos lares por los que Sus Majestades hacía tiempo que no pasaban. La salida hacia la avenida principal del pueblo supuso una novedad, porque se avanzó en sentido contrario al acostumbrado: hacia el Bar Manolo, y no al revés, lo que supuso a la altura del reconocido restaurante una fiesta en pleno ecuador. De noche, niños y mayores siguieron disfrutando hasta enfilar el último tramo desde la glorieta de La Unión. A las 21.00 horas, como había ganas, el Consistorio organizó una fiesta con más balones y regalos en la plaza de Andalucía.

Como vaticinaron la Concejalía de Festejos y las Ampas en su decisión de adelantar la Cabalgata para rehuir la lluvia, ni a los 250 niños que integraban el desfile ni a los miles que se agolpaban por las esquinas del barrio del Pradillo ayer tarde se les pasó por sus cabezas si era 4 o 5 de enero. Y menos si los chiquillos, como los Magos, tenían en su poder tantos kilos de caramelos (40.000) y hasta balones para poder repartir y regalar (50.000).

El itinerario, como todos los años desde que gobierna IU, fue por calles distintas. Esta vez, las 15 carrozas de la Cabalgata de la Ilusión –se ha incorporado la del Cartero Real– arrancaron en el Paseo de Europa, una zona de especial crecimiento más allá del populoso barrio del Pradillo, por cuya calle Picasso enfiló la comitiva sin que la muchedumbre le diera tregua. Seis de las carrozas –incluidas las de los Reyes– eran nuevas. Y desde luego nuevos eran los trajes que con esmero les prepararon a los chicos de 2º y 3º de Primaria.

Primero por el Furraque y luego por la calle Real, todo el pueblo parecía haberse congregado por unos lares por los que Sus Majestades hacía tiempo que no pasaban. La salida hacia la avenida principal del pueblo supuso una novedad, porque se avanzó en sentido contrario al acostumbrado: hacia el Bar Manolo, y no al revés, lo que supuso a la altura del reconocido restaurante una fiesta en pleno ecuador. De noche, niños y mayores siguieron disfrutando hasta enfilar el último tramo desde la glorieta de La Unión. A las 21.00 horas, como había ganas, el Consistorio organizó una fiesta con más balones y regalos en la plaza de Andalucía.