Cuatro años de espera. Inclemencias meteorológicas, desprendimientos e incluso una actuación de urgencia han sido algunas de las vicisitudes que la muralla almohade ha tenido que sufrir en estos últimos años. Sin embargo, en las próximas semanas comenzará su obra de restauración tras la firma del convenio con Tragsa y el Ministerio de Cultura. Un último paso que, tan solo, es el inicio de unas obras que pretenden frenar el mal estado de conservación de la fortificación.
La rúbrica del convenio se realizaba el pasado 20 de noviembre y, desde entonces, se daba un plazo de tres semanas para el inicio de las obras, que necesitan previamente tener la documentación necesaria así como el centro de trabajo instalado, por lo que se espera que den inicio antes de las fiestas navideñas.
Después de años de litigios entre el Ayuntamiento y el Gobierno central, la Audiencia Nacional ordenaba que el Estado consignase 492.874 euros para la primera fase de la restauración de la muralla. Todo ello tras la decisión adoptada en tal sentido en 2011 por la comisión del programa del uno por ciento cultural, una decisión suspendida en 2012 por la Secretaría de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda. En octubre del 2014 el Consejo de Ministros, incluía la aplicación del Fondo de Contingencia para cumplir la resolución de la Audiencia Nacional que verá la luz con la restauración de la muralla almohade.
La intervención comprenderá labores de restauración, comenzándose con la limpieza y consolidación de los lienzos y restaurar el portillo de la muralla de Marchena, cuyo casto histórico cuenta desde 1996 con la declaración de Conjunto Histórico Artístico. Una luz a final del túnel que supone «una inmensa alegría porque, por fin, tras cuatro años de litigios nuestra lucha insignia va a poder terminar», explica la alcaldesa María Romero.
En concreto, la rehabilitación comprende la mitad del lienzo de la muralla con un presupuesto que asciende a cerca de 658.000 euros –492.874 a cargo del Ministerio y el resto corresponde al Ayuntamiento quien financiará con préstamo de Diputación, incluida la partida de 30.000 para el sello arqueológico–.
Antonio Perea, quien redactó el proyecto en el año 2006, será el arquitecto supervisor de las obras que tienen un plazo de ejecución de un año aproximadamente. Sin embargo, estos proyectos «son vivos y cuando se empieza a excavar se pueden encontrar cosas nuevas. No obstante, esperemos que no se empiece a retrasar».
Unas actuaciones en las que «trabajará personal de Marchena ya que el compromiso de Tragsa es contratar a trabajadores de la localidad», manifiesta Romero, quien avanza que el proyecto será «presentado públicamente en el salón de plenos».
Una vez que concluya esta primera fase, el recinto del S.XIII podrá ser visitable, por lo que el Consistorio trabajará paralelamente en la promoción turística, así como en la recuperación total del lienzo en su segunda fase. Otra batalla que lidiarán en paralelo a la rehabilitación de la muralla. De ese modo, la intención de la alcaldesa es «actuar en dos o tres años con lo que económicamente podamos conseguir de otras administraciones más el acopio que tengamos en el Ayuntamiento».
Unas obras esperadas en esta edificación histórica con más de ocho siglos de antigüedad y que el pueblo de Marchena confía que den inicio antes de Navidad.
En julio del año 2014 la muralla almohade sufría un desprendimiento como consecuencia de los graves problemas de conservación. Tras el derrumbe de un paño del recinto amurallado se realizaba una actuación de urgencias con fondos de Diputación de Sevilla que evitaba males mayores en esta edificación histórica.