Elecciones municipales 2023

Damocles sobre la mayoría absoluta en Los Palacios

Termina la campaña electoral en el municipio más grande del Bajo Guadalquivir gobernado por los comunistas, que siguen con posibilidades de seguir haciéndolo, pese al desgaste

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
26 may 2023 / 06:29 h - Actualizado: 26 may 2023 / 06:30 h.
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  • Damocles sobre la mayoría absoluta en Los Palacios

La última vez que coincidieron las elecciones municipales con el Rocío, el resultado en Los Palacios y Villafranca fue mucho más estrepitoso para el gobierno de entonces de lo que se esperaba. Los socialistas, que habían gobernado el municipio –el sexto más poblado de la provincia- durante 24 años y con holgadas mayorías absolutas, perdieron de repente más de 5.000 votos y bajaron de 13 a 6 concejales. Corría el año 2011 y Antonio Maestre confesó que no le salían las cuentas. Pero de eso hace ya 12 años y las cosas son distintas: en estos tres mandatos consecutivos, el partido de Juan Manuel Valle, una coalición muy particular cocinada desde el pueblo entre Izquierda y Progreso e Izquierda Unida (IP-IU), se ha consolidado en el poder y no ha metido la pata con nada absolutamente grave, aunque sí es cierto que, de la primera legislatura a la segunda pasó de 7 a 12 concejales y que en esta tercera perdió un concejal, aunque conservó la mayoría absoluta. También es cierto que el desgaste puede notarse en esta cuarta ocasión y que, aunque nadie duda de que Valle ganará las elecciones, el asunto es si le bastará ganar o seguirá necesitando la mayoría absoluta para conservar la Alcaldía. Eso nadie lo sabe, claro, pero sus dos rivales más claros, Rafael Ruiz, del PP, y Juan Diego Valverde, del PSOE, saben de sobra que no es lo mismo que el actual alcalde pierda un solo concejal o que pierda, por ejemplo, dos. Porque la cocina del día después puede soportar unos pactos u otros en función de muchos ingredientes, y en la víspera nadie se atreve a aventurar recetas innovadoras.

Sin embargo hay cosas que parecen meridianamente claras. Es posible que solo lo parezcan y el pueblo soberano tenga preparada alguna sorpresa. De momento, el partido de los históricos andalucistas deja su bolsa de casi dos mil votos para nadie sabe quién a ciencia cierta. El PA ya no se llamaba así, sino Alternativa Local (ALO), tenía dos concejales y ha sido a última hora cuando ha anunciado que no se presenta. Teóricamente, por problemas administrativos frente a la Junta Electoral de Zona. En la práctica, no importan ya los motivos porque al fin y al cabo han surgido otros dos partidos como novedades frente a aquel sueño andalucista que no solo ha ido desvaneciéndose aquí: por un lado VOX, cuyo candidato, Manuel Moguer, ha elaborado una lista con familiares y amigos en la que destaca su número dos, Francisco José Campaña, que además del seguramente más popular es quien dirige la campaña a nivel local. Mucha gente asegura que VOX no va a conseguir ni un concejal siquiera, pero frente al optimismo de Campaña de conseguir “cinco o seis” por la confianza que depositan en “la juventud”, no es descabellado pensar que ingresen en el salón de plenos. Al fin y al cabo, VOX es una marca de moda, como demuestran ellos mismos ostentando más las siglas que al propio candidato, y la campaña se basa en los mismos mensajes que repiten a nivel nacional: que la patria empieza en tu pueblo y hay que ayudar al de aquí, que hay que poner en valor las tradiciones y que hay que construir un municipio más seguro.

Menos posibilidades, en todo caso, parece tener la lista de Ciudadanos elaborada de repente, con casi más gente de fuera (de Utrera) que del propio municipio y encabezada por el jovencísimo (y desconocido) Antonio Estévez. De 25 años, el propio candidato reconoce que aspiran “a conseguir representación”, aunque son perfectamente conscientes de que, al contrario de en las últimas elecciones, donde los impulsaban más la marca que el propio candidato, ahora “es justo al revés”, y por eso en vez de mítines al uso han organizado mesas informativas para que el candidato convenza especialmente a un sector de la población muy joven que puede estar también preocupado por las mismas críticas del PP, el crecimiento de la deuda, “sobre todo en estos dos últimos años” o la inseguridad ciudadana. El peligro al que se enfrentan es que los ex votantes de la formación naranja terminen eligiendo la opción de la derecha que ya gobierna la Junta.

Son los partidos que tienen actualmente representación en el Ayuntamiento los que van a reforzarla, previsiblemente: así, el PP, que tiene actualmente 3 ediles, no solo cuenta con el espaldarazo de que el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, sea del PP, y que además se haya dejado caer por el pueblo en un baño de masas hace un par de semanas, sino que, además, el candidato local, Rafael Ruiz, es también diputado del Parlamento andaluz, y eso viste lo suyo. Hasta ahora, la única vez que el PP sacó en Los Palacios seis concejales fue cuando encabezó la lista Antonio Romero Bejarano, precisamente cuando el batacazo socialista de 2011... Luego, en 2015 se quedó en la mitad y se marchó. Romero Bejarano ocupa ahora justamente el sexto lugar en la lista electoral de Rafael Ruiz, y ha sido él quien más crítico se ha mostrado con el fichaje estrella de Valle, José María Hormigo, el candidato popular de 2007 que ahora –cosas de la vida- va el cuarto, como independiente, en la lista de los comunistas. El fichaje ha sorprendido muchísimo en todos los foros, pero Valle y los suyos argumentan que el abogado Hormigo lleva muchos años comprometido con causas sociales y que “lo importante es la persona”, un eslogan que utilizan todos a conveniencia, cuando no toca hablar de ideologías. Hasta hace unos meses, Hormigo ha sido el presidente de Cáritas en la parroquia mayor de Santa María la Blanca y ha ocupado puestos de responsabilidad en varios clubes deportivos.

Por lo demás, el PP –y especialmente el segundo de su lista, Manolo Vargas Lobato- sigue azotando con la deuda municipal, pues considera que el equipo de gobierno vuelve a las andadas del gasto descontrolado. Valle se defiende poniendo en valor que cuando llegó al Ayuntamiento hace 12 años la deuda era de 112 millones de euros y que hoy es de 62, exactamente 50 millones menos. Pero los populares recuerdan que mucha de aquella deuda correspondía a la extinta Idelpa (una sociedad de desarrollo con capital prácticamente municipal y dedicada a la promoción de viviendas que no tardó en entrar en concurso de acreedores) y que, sumando los intereses que no paran de generarse, la deuda volverá a superar en breve los 70 millones. “Estamos igual”, aseguran en el PP, donde recuerdan que Valle entró en el Ayuntamiento presumiendo de austero mientras el Gobierno de Rajoy le diseñaba un plan de adelgazamiento de la deuda y que, ahora, una década después, “todos los días tiene un evento con una comilona, como en los tiempos de Maestre”.

El PP se siente ahora más fuerte por sus siglas que por su candidato, y saca pecho prometiendo una bajada generalizada de impuestos, una oficina de captación de inversiones y la construcción de dos párkings subterráneos, uno bajo la plaza de abastos que prometen hacer en el eterno solar del antiguo colegio Juan José Baquero y otro en la explanada situada entre el cuartel de la Guardia Civil y el teatro municipal. Además, al margen de prometer la construcción de mil viviendas, han organizado muchas reuniones con los propietarios de construcciones ilegales en los campos para augurarles un futuro legal gracias a la llamada Ley Lista de la Junta de Andalucía.

La guerra por la herencia

El Gobierno de Valle arrancó, hace doce años, con una raquítica minoría de solo siete concejales que tuvo que negociarlo todo con sus adversarios en el pleno. En aquella primera legislatura (2011-2015), tanto el PP como el PSOE habían conseguido seis ediles cada uno, pero la deuda municipal era tan monstruosa, que la situación del Ayuntamiento acabó recordando a la de la corte del siciliano Dionisio II en el siglo IV a. C. Ante la riqueza del mismo, Damocles fue proclamando lo afortunado que era Dionisio y lo fácil que lo tenía todo. Así que Dionisio le permitió a Damocles cambiarse con él por un día. Cuando este disfrutaba de su nueva posición, miró hacia arriba y observó que Dionisio había colgado una espada de un hilo finísimo. Y tomó conciencia de la realidad: todo ese poder y riquezas se podían venir abajo en cualquier momento. De modo que fue incapaz de seguir disfrutando de su temporal estatus porque no podía evitar pensar en la espada. En Los Palacios, esta espada parece haber reforzado ahora el hilo del que pende, porque ya nadie tiene miedo a coger el poder, sino al contrario... Y la única que puede perderse es la propia mayoría absoluta. Los aspirantes, por su parte, no temen ya nada, y le reprochan a Valle que pretenda vivir todavía de la herencia recibida, es decir, del victimismo de que el PSOE dejó arruinado el municipio.

En estos últimos mítines de la campaña, Valle ha atacado más al PSOE que al PP, reprochándole que ni siquiera ponga visibles sus siglas en los carteles. Es verdad que, al contrario que los populares, el candidato, Juan Diego Valverde, ha jugado con su apellido para pintarlo todo de verde. Hay socialistas a los que el olvido del tradicional rojo socialista les ha escocido, pero Valverde ha tratado de separarse de ese mismo rojo que parecen haber acaparado los comunistas. El alcalde le reprocha que huya de exponer sus siglas para disimular el partido que arruinó al pueblo, pero en el fondo subyace una estrategia electoralista de última hora por la que ambos –socialistas y comunistas- saben que comparten una porción demasiado generosa del electorado, en juego de aquí al domingo.

Los grandes proyectos

El partido del alcalde ha repartido estos días, casa por casa, el programa electoral más generoso de todos. Parece un libro, con mucha realidad virtual. Y en el mismo saca pecho por el desdoble de la N-IV entre Los Palacios y Dos Hermanas, una obra que empezó con los últimos estertores del Gobierno de Rajoy, en 2016, y que terminó ya el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, pero en el que las protestas del Gobierno municipal considera este que fueron decisivas. De cara al nuevo mandato, el partido de Valle persigue que la Junta desdoble la carretera que une el municipio con Utrera, que se enlace la N-IV con la AP-4 a la altura de Palenquivir -un parque empresarial y logístico en el que, dicen, se crearán 7.000 puestos de trabajo directos-, que se continúe el desdoble de la N-IV hasta Jerez y que el Gobierno central conecte Los Palacios con la red ferroviaria. Precisamente el olvidado proyecto del tren fue sacado del baúl de los recuerdos hace solo unos meses por el PSOE de Valverde, y la última discusión entre los dos partidos fue si el enlace debía hacerse en Utrera o en la carretera de Don Rodrigo. Primero habrá de avistarse alguna concreción por parte de la Administración central. Pero este domingo son las elecciones...

Por lo demás, IP-IU promete darle prioridad a las VPO y promover la construcción de 500, además de otras muchas en los recuperados terrenos del antiguo recinto ferial, en manos de unos fondos buitre tras el expolio de Idelpa, construir un parking bajo la plaza de abastos que también iría, como promete el PP, en el solar del demolido colegio Juan José Baquero, y otro en el solar que resultaría de la demolición del antiguo ambulatorio una vez que lleguen a buen puerto las negociaciones con la Seguridad Social.

Por otro lado, el alcalde, muy entusiasmado con la llamada Agenda Urbana que articula 12 proyectos estratégicos, promete actualizar el PGOU, impulsar un sistema de autobuses eléctricos que articule el núcleo urbano y conecte las pedanías, seguir promocionando el tomate local y la marca Destino Gastronómico, terminar la piscina cubierta municipal, cuya estructura ya es visible gracias a los planes Supera de Diputación, como ha ocurrido con el flamante Parque de Bomberos, y construir un largo sendero que conecte los tres humedales de la localidad, además de construir unas instalaciones dignas, en el barrio del Pradillo, para el museo etnográfico que ya tiene, desde hace décadas aunque sin unas infraestructuras adecuadas, el vecino Juan Begines El Santito.

La guerra ideológica

Aunque la mayoría de los proyectos posibles tienen que ver sobre todo con la buena gestión de los recursos llegados desde Administraciones superiores, como la Diputación, la Junta, el Gobierno central o incluso la Unión Europea, a los candidatos les gusta jugar antes de los comicios a la guerra ideológica. El PP –y también VOX-considera que Los Palacios “está estancado” y “no puede avanzar con un gobierno comunista” porque, de alguna manera, espanta las posibilidades de inversión. IP-IU, por su parte, amedrenta con “la derecha” cada vez que tiene ocasión. Y los socialistas, por su parte, le suelen reprochar al primer edil cierta soberbia que le dificulta el entendimiento con otras administraciones. Lo cierto es que IU, salvo en Trebujena (Cádiz), gobierna con holgura en pocos municipios de la extensa comarca y solo en Los Palacios y Villafranca, con un alcalde que es además vicepresidente tercero de la FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias), ha gozado en la última década de un poder indiscutible.

Los socialistas no prometen demasiados grandes proyectos, ni siquiera párkings subterráneos, salvo insistirle al Gobierno central en que Los Palacios merece el tren de cercanías, desarrollar el nuevo PGOU y posibilitar el acceso de los jóvenes a unas viviendas dignas. Aseguran que congelarán la subida de impuestos y que pondrán en marcha un centro hípico municipal para la celebración de importantes pruebas ecuestres y el desarrollo de la industria ecuestre y taurina local... Por lo demás, también se muestran preocupados por los caminos rurales, la seguridad en el municipio y su necesaria revitalización verde con senderos temáticos por los bulevares y las marismas.

En la batalla por los eslóganes, el PP se agarra a sus “ganas de cambio”, mientras que el PSOE insiste en que “ya toca avanzar”. IP-IU, por su parte, ha lanzado una frase un tanto poética, “Cumplir, para seguir soñando” que sus adversarios –especialmente el PP- han parodiado estos días porque insisten en que es lo único que saben los comunistas del pueblo: “soñar, y llevan 12 años soñando”. Tal vez se hubieran defendido de estos ataques si el eslogan hubiera sido al revés: Soñar, para seguir cumpliendo. El caso es que hoy son los mítines festivos del fin de la campaña, todos los candidatos van a sonreír todo lo que puedan, aunque la procesión vaya por dentro y todos estén haciendo sus cábalas hasta el límite permitido por la jornada de reflexión, la de mañana sábado, que se presenta fresquito y hasta lluvioso, tal vez para aclarar las ideas de cara al domingo. La espada de Damocles pende, al fin y al cabo, sobre cualquiera de nosotros y no solo sobre cualquier partido que se presenta a las elecciones, pero sobre una mayoría absoluta suele hacerlo con mayor solemnidad.


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