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E.P
Los Palacios y Villafranca es uno de los municipios más afectados por la pandemia. Con una tasa de 1.320 casos por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas (casi 200 contagiados solo en los últimos siete días), es desde luego el que peor incidencia presenta entre los grandes pueblos de la provincia. Pero una cosa parecen ser los datos, y la responsabilidad de la mayoría, y otra, bien distinta, la preocupación por divertirse de una minoría a la que ni las recomendaciones ni las amenazas de multa parecen afectar. El alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), clamaba hoy en sus redes sociales ante la dificultad de controlar la situación: “Con la que está cayendo, ¿cómo hay que explicar las cosas para que se entienda?”, se quejaba.
El caso es que esta pasada noche, una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Local desalojó una fiesta en una nave de Los Palacios y Villafranca en la que había, según datos de la Subdelegación del Gobierno, más de una treintena de jóvenes “a los que se formularon las correspondientes denuncias por normativa COVID”.
Otras dos fiestas en el propio casco urbano fueron desalojadas también por la Policía Local. Y, según el alcalde, solo entre la tarde y la noche de ayer se pusieron medio centenar de multas, después de que los policías locales y la Benemérita hayan iniciado intervenciones conjuntas por las plazas y los bulevares, en algunos de los cuales es muy fácil ver pandillas de chicos agrupados y, a veces, sin ni siquiera mascarillas. Las patrullas continuarán en los próximos días.