Écija-Dakar a pedales

Cinco ecijanos recorrerán en mes y medio en bici los 3.600 kilómetros entre Écija y la capital de Senegal

14 may 2018 / 21:45 h - Actualizado: 14 may 2018 / 22:01 h.
"Deportes","Ciclismo"
  • Los aventureros del club deportivo Los Papafritas de Écija dan sus primeros pedales rumbo a Dakar. / M.R.
    Los aventureros del club deportivo Los Papafritas de Écija dan sus primeros pedales rumbo a Dakar. / M.R.
  • Los cinco ciclistas están pertrechados para mes y medio de travesía en bicicleta. / M.R.
    Los cinco ciclistas están pertrechados para mes y medio de travesía en bicicleta. / M.R.

Un grupo de ecijanos se acaba de embarcar en una aventura que les va a llevar desde el Valle del Genil a las playas africanas de Dakar. En bicicleta. Cinco han iniciado el viaje este domingo. Dos se volverán a Écija tras llegar a Marrakech, en Marruecos. Los otros tres seguirán la travesía a pedales por el norte de África hasta llegar a la capital de Senegal. En total, 3.600 kilómetros que el grupo –perteneciente a la peña deportiva ecijana Los Papafrita– tienen planeado cubrir en mes y medio y en 36 etapas. «Dos se vuelven después de hacer los primeros 800 kilómetros, el resto cubriremos 2.800 más», detalla Francisco Méndez, portavoz de estos aventureros.

Méndez es veterano en este tipo de aventuras deportivas más o menos extremas. Hace meses viajó sobre la bici con alguno de sus compañeros de expedición africana hasta Lisboa. También ha pedaleado hasta Italia. Y él y otros Papafrita no son nuevos en el norte de Marruecos, que han visitado varias veces. Pero este Écija-Dakar es una aventura que ninguno de ellos había hecho hasta el momento. «Lo más que hemos hecho son 1.500 kilómetros», dice Méndez como si fuera poca cosa. Y enfatiza que esta vez tienen que recorrer más del doble, cruzando el Estrecho de Gibraltar y tres países africanos además de un desierto.

Los Papafrita esperan encontrarse problemas de agua potable. Van preparados para eso, con pastillas de cloro para potabilizar el agua que se puedan ir encontrando en el Sahara. Y saben que van a echar de menos la sombra y la vegetación. Van a encontrar muy poco de ambas.

«Del Sahara a Mauritania es seguro que no hay ninguna en 300 kilómetros», dice Méndez después de echar un ojo a los preparativos para la aventura. Los cinco Papafrita van cargados sobre sus bicicletas, con las que tienen previsto cubrir unos cien kilómetros cada día de media. Esperan cubrir el trayecto Écija-Dakar en 45 días y se dan seis de margen «por cuestiones burocráticas, administrativas, de sellar visados y papeleo».

El 26 de junio es la fecha marcada en rojo en el calendario de Los Papafrita. Ese día tienen que estar sí o sí en Dakar porque tienen sacado el billete de avión que les traería de vuelta a España. Es la fecha obligada de llegada. «Otra cosa es que lo consigamos. Si surgen problemas, que esperemos que no, veremos cómo la cumplimos: haremos dedo o lo que sea», se encoge de hombros Méndez.

Pero ¿cómo surge la loca idea de cruzar Marruecos, Sahara, Mauritania y Senegal hasta Dakar? «Porque queríamos ir a Moscú pero no nos lo permitía ni el clima ni el dinero que tenemos», dice muy serio Méndez. Así que desistieron del mal tiempo ruso y buscaron el calor del sur. «A conocer nuevas culturas», se anima Méndez.

«Nos sale por mucho menos de la mitad de lo que salía viajar a Moscú, calculamos que unos diez euros diarios es lo que nos cuesta la aventura y habrá veces que incluso menos», explica. Eso sí, la lista de vacunas con la que han tenido que pertrecharse para el viaje no se puede recitar sin dejarse alguna en el olvido. «Vamos vacunados contra la difteria, la fiebre amarilla, contra la hepatitis, el tifus, el cólera, el tétanos y alguna más que se me queda en el tintero», dice Méndez. Para evitar la malaria van medicándose sobre la marcha, con pastillas que toman a razón de una al día cada jornada de su viaje. «Esperamos no sufrir los efectos secundarios que dicen que provoca, porque los vómitos no casan bien con el pedaleo diario», reza el portavoz de Los Papafrita, que destaca que sin estar vacunados contra la fiebre amarilla «no te dejan entrar en Mauritania ni Senegal, ni tampoco volver a España».

Otras medidas de seguridad que han tomado estos aventureros son tiendas herméticas para evitar problemas con los mosquitos, repelentes de insectos «y mucha crema para protegernos del sol, además de siete u ocho litros de agua para cuando no la encontremos en centenares de kilómetros». Con tanto aprovisionamiento las bicis «pesan un montón, 35 kilos sumando toda la carga; llevamos la vivienda a cuestas». A eso hay que sumar alimento seco «para los días que no encontremos nada» y herramientas para solucionar averías que se presenten cuando no haya posibilidad de encontrar ayuda. También una placa solar para poder cargar el teléfono móvil.

Así pertrechados, los ciclistas cruzaran Marruecos, el Sahara en diez días, Mauritania entera y todo Senegal hasta las playas de Dakar. «Si tenemos tiempo queremos visitar los edificios donde retenían a los esclavos antes de embarcarlos a Europa y América». Por el camino, esperan ir parando para ir curioseando y contemplando el paisaje. «Es espectacular ver el horizonte», dice Méndez, «más aún cuando vas viendo cosas nuevas, y sientes la sensación de libertad que te proporciona ir en bici; lo hueles todo, lo escuchas todo, es como si fueras andando, no en la burbuja de un coche, aislado del mundo. Y, sobre todo, saboreas el contacto cercano con la gente que te vas encontrando. Eso es lo que más disfrutas», concluye.