La mañana del domingo llegó antes a Brenes para ver una estampa única. Las primeras luces del alba se dieron prisa para iluminar la cara de María Santísima de la Amargura y del Señor del Gran Poder, juntos en el barco de caoba que tienen por paso y después de más de 10 horas en la calle. Todo el pueblo se entregó a ellos con corazones latiendo a 75 pulsaciones por minuto, las mismas que años cumple esta hermandad que vio la luz en 1941 a instancias de una desaparecida Semana Santa en Brenes por los estragos de la Guerra Civil, y que resurgió con el fervor de esta corporación que hoy atesora una devoción, caridad, patrimonio y solera por la que es conocida en toda la provincia.
A las 20.30 horas del sábado dio comienzo la función principal que daba punto y final a unos cultos que arrancaron el miércoles día 15 de junio, y que estuvo presidida por el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, y cantada por el coro clásico de la hermandad que estrenaba casi todo el repertorio para la ocasión, y donde se leyó la bendición papal.
El mercurio no bajó más allá de los 22 grados en una noche en la que apenas corrió el aire instantes antes del lubricán. Alta temperatura para las más de 400 mujeres ataviadas con matilla que compusieron la primera parte del cortejo detrás de la veintena de hermandades invitadas entre las que se encontraba la del Gran Poder de Sevilla, y con el acompañamiento musical de la banda de las Cigarreras.
Alrededor de las 22.30 horas, los costaleros de esta hermandad, que portan el título de ser la primera cuadrilla del municipio, entregaban el paso con los titulares a una plaza Primero de Mayo abarrotada de fieles y adornada con flores, guirnaldas y colgadurasr. Vivas y llantos, aplausos y vítores para una Virgen de tez morena y llamativa belleza y una imagen del Señor de Brenes cuya bondad atrapa.
Cuando aún tenía que rodear el recinto, el componente de la banda Guillermo Cano acompañó con su potente voz una de las piezas, lo que terminó por encender aún más la temperatura del ambiente tal y como lo hacía la entrega y disfrute de quienes quisieron acompañar al Gran Poder y a su madre.
Unas horas más tarde el cortejo llegaba a la enorme alfombra de sal dedicada a los donantes de órganos y realizada por los más jóvenes frente a la puerta de la casa de hermandad, donde la formación se deshizo. La segunda parte de la procesión, que llevó a las imágenes a zonas alejadas del recorrido habitual en Semana Santa para visitar las calles con los nombres de ambas, ya iba acompañada por la banda local Rosario y Victoria, que estrenaba la marcha Camino, verdad y vida, lema del aniversario, dedicada a la hermandad y que demostró cómo estaban disfrutando sus componentes llenos de orgullo por tan alto cometido.
Fue la calle conocida como de las Tabernas cuando las pasiones se terminaron de desatar por ser el punto emblema de esta corporación, que recorre cada Jueves Santo el tramo de una sola chicotá, en una muestra de libro de cómo llevar un paso para que parezca que el Nazareno camina por sí solo o con un palio pidiendo una segunda interpretación de la larguísima marcha Amarguras.
El reloj marcaba las 8.30 horas cuando el sol dando de pleno en la cara de la que ya era estrella de la mañana dejó muda la plaza en la que ni el cansancio, ni los tacones, ni las mantillas fueron obstáculo para el numeroso público que acompañó a las imágenes hasta el final. Un calor que el hermano mayor, Manuel Grimaret Toledano, no puede terminar de «agradecer», no solo por el acompañamiento sino también «por la forma en la que se engalanaron ventanas y balcones».
Como todo comenzó un 18 de diciembre de 2015, «los actos del aniversario no terminarán hasta el 17 del mismo mes de este año», que han pasado por conferencias, conciertos y homenajes entre otros. Como regalo a la parroquia, la hermandad ha financiado la reforma del campanario de la Iglesia.