El Castillo no resurge de sus cenizas

Dos veranos de graves incendios han dejado a la localidad en una situación preocupante y sin ayudas públicas

30 sep 2017 / 22:09 h - Actualizado: 30 sep 2017 / 22:10 h.
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  • José Luis Olmedo, director general, en las instalaciones de Estepa, modernizadas en 2010. / El Correo
    José Luis Olmedo, director general, en las instalaciones de Estepa, modernizadas en 2010. / El Correo

El Castillo de las Guardas atraviesa una situación dramática. Cuando aún no se ha recuperado de las consecuencias del incendio del verano de 2016, otro ha agravado la situación económica y social. «Un panorama desolador», en palabras del alcalde, Gonzalo Domínguez, y al que ha de hacer frente un Ayuntamiento con recursos «justos y limitados» y sin «ninguna ayuda» por parte de las administraciones. En esta situación, parece muy complicado que El Castillo resurja de sus cenizas.

Fue el 8 de septiembre cuando el fuego declarado en La Granada de Riotinto (Huelva) se extendió hasta el término castillero. Simultáneamente había incendios activos en Almadén de la Plata y Cazalla de la Sierra, por lo que «la provincia de Sevilla no disponía de medios operativos de Infoca y los de Huelva estaban destinados a ese incendio y al de Zufre». A pesar de ello, «la UME hizo frente a la situación, lo que evitó que fuera aún peor». Por decisión del alcalde y las fuerzas de seguridad, coordinados por los puestos de mando, más de 500 personas fueron evacuadas y alojadas en dependencias municipales y de la parroquia, proporcionándoles la atención necesaria.

Extinguido el día 10, tocó de nuevo evaluar daños. Zonas de monte y dehesa de aprovechamiento ganadero y cinegético, así como áreas destinadas a la agricultura quedaron reducidas a cenizas. Con un modelo productivo y de explotación con unos beneficios cada vez más reducidos, el incendio de 2016 llegó en un momento muy delicado para la economía local, llevándose por delante 1.847 hectáreas. Su réplica en 2017, con un saldo de 839, da como resultado una cifra de vértigo.

En 2016 se solicitó la declaración de zona catastrófica, y para ello se requirió, entre otras cuestiones, una evaluación económica. El nuevo siniestro hace que «seguramente» el pleno vuelva a solicitar esta declaración. Sin embargo, aún no se ha hecho balance de este incendio. «Con la experiencia del año pasado, y con las fichas de evaluación de entonces, estamos visitando a los vecinos para recopilar las pérdidas y hacer nosotros mismos la valoración». Hacerlo mediante una empresa externa supone un coste que, en vista de la falta de respuestas, no tiene resultado. «No vamos a continuar tirando un dinero que no tenemos».

Con ello, desde el Consistorio estiman que las pérdidas pueden ascender a los 2 millones de euros. Cantidad que hay que sumar a los más de 5 millones de euros que ardieron el pasado año, y que alcanza un resultado muy preocupante para un Ayuntamiento que con esfuerzo funciona día a día y ante el que ninguna administración ha dado aún respuesta. «Volvemos a estar en boca de todos pero las soluciones no llegan. Y El Castillo necesita un gran empuje de las administraciones para salir adelante». Ante la dispersión geográfica, una de las tasas más elevadas de paro de la provincia y sufrir cada vez una despoblación más acelerada, se hace muy necesario un revulsivo que evite el declive de esta población.

«Tanto el Gobierno de la nación como la Junta de Andalucía han dado la callada por respuesta». Pero el tesón del regidor y su equipo se mantienen y no cejan en el empeño de conseguir «la especial sensibilidad que tantas veces hemos reclamado».

Un año de solicitudes y peticiones que ha caído en saco roto. «Nos dicen que desarrollemos un plan de autoprotección. Pero llegado el momento eso es solo un papel, y el papel lo aguanta todo. La cuestión es llevarlo a cabo sin medios, teniendo que evacuar a gente, que entiendan algunas decisiones viendo cómo se quema tu término municipal».

Nada de lo que se ha venido reivindicando en materia de prevención y extinción desde el año pasado ha llegado. Repetida la misma situación, «existen las mismas carencias». Como tampoco ha llegado ningún apoyo económico. Ante este negro panorama se continúa apostando por el desarrollo turístico, la reconversión en el campo para generar empleo y «ayudas para desarrollarlo. No queremos más que los demás, solo que nos ayuden a salir adelante». Un incentivo «que dé a conocer nuestro potencial».

La población «siente desprotección, no sabe dónde están las demás administraciones». Se hace difícil hacer frente a la situación sin tener «absolutamente nada». Ante ello «se me cae la cara de vergüenza cuando no puedo dar respuestas porque sigo con las manos vacías». «Necesitamos una solución, y pronto».