-
-
Infografía de cómo serían los túneles de la SE-40. / Txetxu Rubio
Seis años de andadura, menos del 15 por ciento ejecutado y tres años al ralentí, con sólo el dinero suficiente como para mantener las constantes vitales de una obra que es símbolo para la futura ronda de circunvalación de Sevilla. El tramo más costoso de la ronda SE-40, que salvará el escollo del Guadalquivir para conectar Dos Hermanas con el Aljarafe, empieza a ver la luz al final del túnel. O, mejor dicho, empieza a divisar el proyecto de los túneles, que quedó en entredicho desde 2011 y que, después de años de dudas –se sondeó reducir los túneles y de sustituirlo por un puente– el Ministerio de Fomento garantiza como se ideó en un primer momento: con cuatro túneles y tres carriles de circulación por sentido con posibilidad de ampliarlo uno más.
Otro cantar es el plazo para ello. De momento, aunque 2016 se convertirá en el año en el que se destinará mayor inversión a los túneles en los últimos cuatro años –con 42,6 millones–, no sería, a priori, cuantía suficiente para que el hito del proyecto, la tuneladora, se ponga en servicio, empiece a perforar y de forma a los dos kilómetros largos de tramo subterráneo bajo el río Guadalquivir.
La razón de ser es el reparto de la inversión. El macroproyecto de los túneles está dividido en dos tramos. El grueso presupuestario previsto para 2016, es decir 32,6 millones, llegarán a los tramos de los Túneles Sur, que no llegó a comprar tuneladora alguna. Sí lo hicieron, en cambio, las empresas adjudicataria de los Túneles Norte, cuya tuneladora llegó en marzo de 2012. Para este tramo, la inversión es de 9,7 millones, visibilemente insuficiente para avanzar en posibles perforaciones. Es más, los cálculos expuestos en el proyecto sobre los costes que supondrían la puesta en funcionamiento de la tuneladora prevén un gasto de entre siete y ocho millones al mes. Para más inri, su utilización está estimada para un periodo aproximado de 16 meses.
A partir de ahí, surgen las hipótesis. Una de ellas es que el dinero para los Túneles Sur sí daría, por ejemplo, para adquirir esa segunda tuneladora que se firmó en el año 2010 con NFM Technologies. El coste de adquisición de las dos tuneladoras estaba fijado en 70 millones de euros.
De momento, la inversión estatal permite avanzar algo más en el paso de tortuga en el que marchan los túneles de la SE-40. Desde que se adjudicó, hace seis años, el grado de ejecución es escasísimo, según los datos de la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa), sólo se ha ejecutado un 15,8 por ciento de los Túneles Norte; y un 10,8 por ciento de los Túneles Sur.
Más allá de ese ritmo, al menos sí que se ha cerrado filas en el proyecto en sí: la SE-40 cruzará el río con cuatro túneles. Así se disipan las dudas iniciadas por el pasado Gobierno socialista –que se replanteó reducir los túneles a dos e incluso construir un puente– y mantenidas, con su silencio, por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, esquivo a la hora de entrar en el debate de un macroproyecto de más de 500 millones cuando no había fondos de los que tirar.
El dilema se resolvió esta misma semana, cuando, desde el PP de Sevilla –no desde Fomento– se aseguró que la obra de los túneles bajo el río Guadalquivir se retomaba en «su concepción original».
El departamento que dirige Ana Pastor, aseguran, tenía tomada la decisión desde «hace tres años». Pero no se iba a anunciar a bombo y platillo hasta contar con «disponibilidad presupuestaria». Y, de hecho, la asignación presupuestaria para 2016 ha sido una sorpresa incluso para los populares andaluces. En todo caso, la prioridad de la SE-40 no apunta a los túneles, sino a buscar la ruta hacia Madrid, ya no por la A-4, sino por la Autovía de la Plata.