El teatro Gutiérrez de Alba de Alcalá de Guadaíra ofrecerá este sábado día 4, a partir de las 20.00 horas, el estreno de El sueño de Laura, una obra teatral que aborda en clave dramática el drama de los bebés robados en nuestro país. Escrita y dirigida por Chus Gómez (Alcalá de Guadaíra, 1968), la obra toma como referencia el libro A mi hijo ya mayor, escrito por la cántabra Lydia Acebo Fortes (Cades, 1950), afincada en el municipio alcalareño desde hace más de 50 años.

Entre los años 2009 y 2010, saltaron paulatinamente a los medios de comunicación cientos de denuncias sobre niños robados y dados en adopción irregular desde principios de los años 40 y hasta finales de la década de los 80, lo que se ha dado en llamar popularmente como el escándalo de los bebés robados. Asociaciones, abogados e investigadores que están llevando alguna de las cientos de causas abiertas, estiman que en esos más de 40 años, alrededor de 300.000 niños recién nacidos fueron apartados de sus padres naturales y vendidos para ser dados en adopción.

Es el caso que, según ella misma explica en primera persona, vivió Lydia Acebo. Recién casada llegó a vivir a Alcalá con su marido donde pronto quedó encinta. En febrero de 1967, un mes antes de que se cumplieran los nueve de su embarazo, se puso de parto, así que se fue al entonces conocido como Hospital Central (antiguo Hospital de las Cinco Llagas), donde dio a luz a un niño sano de un kilo y casi setecientos gramos. Nació en perfecto estado, explica esta madre, «pero al ser prematuro nos dijeron que se tenía que quedar en la incubadora», así que el matrimonio volvió a su casa. Casi diariamente esta pareja estuvo visitando a su primogénito, cuando Lydia detectó «que algo no iba bien, no sé, a mí aquello me sonaba raro, yo preguntaba cuándo podría llevármelo a casa y me decían que antes había que buscarle la leche adecuada para amamantarlo». La mañana del día 16 después del parto, Lydia llamó como cada día al hospital, donde le dijeron «que todo estaba bien, el niño perfecto».

Pero, por la tarde, el padre del niño pasó por el hospital al volver del trabajo y le dijeron que había fallecido la tarde anterior. No es difícil imaginar la sacudida emocional para esa madre, que había llamado por la mañana y a la que no permitieron siquiera asistir al entierro.

50 años después de aquello, Lydia sigue asegurando que a su hijo se lo robaron. «Las cosas no cuadran: primero que lo enterraron en una fosa común, que eso no está permitido y además a mi marido le enseñaron, según me dijo, a un feto muy pequeñito, morado y amortajado, que no era mi hijo, porque mi hijo está vivo».

En plena dictadura, sin poder denunciar el hecho, Lydia reconoce que este episodio ha marcado de forma depresiva su vida y al ver en los medios de comunicación los primeros casos se puso en marcha para mover el suyo propio. Así, tras meses de investigación y con el respaldo de su psicóloga, nació A mi hijo ya mayor, un libro escrito a modo de epístola dramática a ese ya adulto de 50 años a quien ella nunca ha conocido, que a su vez ha sido la inspiración y soporte para El sueño de Laura.

Según la autora del libreto y directora de la obra, Chus Gómez, la obra parte de un caso particular para explicar en general el drama de esas madres, cuyo motor «es la angustia, ese miedo, ese dolor tan profundo; intentamos transmitir en clave dramática lo que no se cuenta nunca y es por lo que esas personas pasan y todo lo que han tenido que vivir».

Bajo la dirección de Gómez, que además del teatro ha trabajado en televisión, en series como Médico de Familia o Plaza Alta, se pondrán sobre el escenario un total de 23 actores aficionados para dar vida a este drama, que además contempla aspectos como la danza contemporánea. Antes del estreno, que ya tiene todas sus localidades vendidas para este día y la próxima puesta en escena sobre este escenario el próximo enero, se ofrecerá un reconocimiento al fallecido periodista José Luis Gordillo, que trabajó para apoyar esta causa, y que estará representado por su hermano, Simeón Gordillo. Además, se presentará la asociación ABRA (Andaluza de Afectados por Bebés Robados), creada por la propia Lydia junto a su familia y demás afectados y amigos que se han unido para esclarecer estos hechos.