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El juez exculpa al patrón de El Cubano del crimen de la gasolinera

El magistrado considera que solo hay «sospechas y conjeturas» sobre el hecho de que le ordenara que disparar

06 abr 2018 / 14:29 h - Actualizado: 06 abr 2018 / 17:54 h.
"Tribunales"
  • La Policía, en el lugar dónde se encontró el cuerpo, una gasolinera junto a la SE-30. / El Correo
    La Policía, en el lugar dónde se encontró el cuerpo, una gasolinera junto a la SE-30. / El Correo

La última jornada del juicio por el crimen de la gasolinera ante un jurado deparó sorpresa. El magistrado presidente excluyó del objeto del veredicto al patrón del exmilitar cubano acusado de matar a un hombre cuando este fue a reclamarle la deuda al considera que «no hay datos objetivos», solo «sospechas y conjeturas» sobre el hecho de que este ordenara a Alberto Hernández Blanco disparar a Manuel Jiménez. De esta forma, y dado que la Fiscalía no acusaba a José María Y.T., conocido como El Gordo, de ningún delito, el jurado solo valorará si es autor de un delito de tenencia ilícita de armas.

Tras escuchar el informe final de la Fiscalía y a la acusación particular y, antes de que lo hicieran las defensas, el magistrado José Manuel de Paúl, ha indicado que excluía del veredicto la acusación por un delito de asesinato que plantea la familia y por el que le reclamaba a El Gordo 25 años de prisión. El magistrado ha recordado que la Ley del Jurado le faculta para dejar fuera de la deliberación del jurado las acusaciones que no estén sustentadas tras la práctica de la prueba en el juicio. «No valen ni sospechas ni las conjeturas, si no está asentadas en datos objetivos». Cuando esto no ocurre, la Ley «obliga al magistrado a salvaguardar el principio de presunción de inocencia».

«He tomado la decisión difícil y comprometida, y he asumido la responsabilidad», ha indicado, recordando a continuación a la familia que en caso de que se haya equivocado, tienen la potestad de recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que si considera que hubo un error «ordenará que se juzgue de nuevo» a José María Y.T.

De Paúl dijo que en la nave que ocurrieron los hechos –los disparos se produjeron en una finca en Carmona, pero se descubrió en la gasolinera donde pararon para esperar al 061– «había algo más, había algo raro. Muchas veces la Justicia tiene que ser consciente de sus límites y nos tenemos que quedar con la verdad procesal, qué fue lo que pasó». Sin embargo, aclaró que esta exclusión es solo para el delito de asesinato, pero no para del de tenencia ilícita de armas por el que la familia reclama dos años de cárcel. En este caso, el juez cree que «sí existen corroboraciones mínimas» de que el arma que utilizó El Cubano fuera de su patrón.

Antes de las palabras del magistrado, el fiscal defendió la condena de Alberto Hernández Blanco por un delito de asesinato que fue cometido con «frialdad». La pena que reclama para él es de 17 años y 10 meses de prisión. Por su parte, la acusación particular defendió la condena para ambos alegando que «Manuel Jiménez no pudo defenderse, hubo una trama que se preparó para su ejecución», un argumento que luego quedó desterrado por el juez.

La defensa de El Cubano afirmó que su conducta «no tiene justificación, aunque sí una explicación», pues asegura que su cliente creyó «que estaba defendiendo a su patrón». «Actuó con una intención protectora», dijo antes de solicitar una condena de diez años de prisión por un delito de homicidio.

La última palabra

Para cerrar las sesiones del juicio, antes de que el lunes entregue el objeto de veredicto al jurado, el magistrado dio la última palabra a El Cubano. Este comenzó pidiendo «perdón» a la familia «por haber matado a un ser querido», les dio el pésame. «Qué descanse en paz», señaló mientras los familiares rompían en llanto y susurraban «canalla» en los primeros bancos de la sala».

A continuación, anunció que iba «a quebrantar su silencio» para comenzar una especie de alegato, que obligó al magistrado a interrumpirlo un par de veces. «Hable usted con Segarra [por la fiscal jefe], con Moix [exfiscal Anticorrupción] o con quien usted dice que habla, pero aquí no nos interesa nada de eso, solo sobre los hechos que juzgamos», le dijo después de que este volviera a relatar que está colaborando con la Policía y la Fiscalía porque tras este asunto «está la mafia más importante de Andalucía, y yo quiero que todos ellos acaben en la cárcel». Alberto Hernández relató robos a centros comerciales de Toledo y Osuna y dijo que «siempre» temió por la vida de su patrón; así como que denunciar todo esto incluso le ha costado «torturas psicológicas. Me amarraron desnudo a la cama», llegó a decir.