El mes de mayo llena de cruces el mapa de Sevilla

12 may 2017 / 15:25 h - Actualizado: 14 may 2017 / 08:24 h.
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El mes de mayo trae consigo la fiesta de la Cruz o de las cruces de mayo. En Sevilla no es una celebración que esté tan extendida como ocurre en otras provincias de Andalucía, donde las cruces de mayo son su celebración más importante o una de las más relevantes, aunque también tiene su raigambre en muchos puntos del mapa sevillano. Los casos más conocidos dentro y fuera de las fronteras andaluzas son Córdoba y Granada, pero estas no son las únicas. Hay un puñado muy amplio de municipios repartidos por toda Andalucía donde las cruces son su fiesta grande.

Ciñéndonos a la provincia de Sevilla y dejando al margen a la capital, las fiesta de la Cruz o de las cruces de mayo tienen mucha tradición en Carmona, Lebrija, El Viso del Alcor, El Coronil y El Madroño, aunque en otras muchas localidades también se celebran, pero no tienen tanta tradición.

De todas ellas las más tempraneras son las de Carmona. Se celebran el 1 de mayo y se conocen como las Mayas. Estas son pequeñas sillas, preferentemente de enea, adornadas con paños y exornadas con flores silvestres, en las que se coloca una estampa de la Virgen, que casi siempre suele ser la de la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad. A sus pies se coloca una bandeja para que los pequeños puedan pedir un donativo o chivito, como se conoce en Carmona.

Junto a las Mayas se celebra la cruz florida, dos tradiciones que recuperó hace 41 años la peña La Giraldilla, para impedir su desaparición.

Quizás las cruces con más renombre de la provincia de Sevilla son las de Lebrija, que este año se han celebrado los días 5, 6, 12 y 13. Están declaradas de Interés Turístico de Andalucía. En esta edición se han montado 15 cruces, todas en espacios públicos abiertos –calles, plazas, grandes patios o locales a los que se puede acceder libremente–, a las que se une la que ha instalado el Ayuntamiento en la plaza de España.

En algunas canciones a estas cruces de mayo se las menciona como la fiesta de las mujeres, como reflejo del especial protagonismo que toma la mujer en estos festejos. En este municipio, a pesar de tener una cruz como símbolo central, la Iglesia no interviene en su desarrollo.

Frente a las cruces se instala un tablado para el baile y se colocan guirnaldas de flores de papel, lo que le da un ambiente más luminoso y festivo a la cruz. Además, estos adornos florales se ponen en toda la calle, de fachada a fachada, separadas unas guirnaldas de otras. De este modo se señala el lugar donde hay una cruz y se delimita el espacio de la fiesta.

En las cruces de Lebrija no solo se canta y se baila, la gastronomía también tiene su importancia: se consumen las habas en corcha –habas hervidas con sal que se comen frías– y los caracoles blanquillos, todo ello regado con vino y manzanilla de la localidad. A primera hora de la mañana se comen las tortas, –pan con aceite y sal–.

En el Viso del Alcor en torno a la antigua celebración religiosa de la Exaltación de la Santa Cruz, que tradicionalmente tiene lugar el 3 de mayo, tienen lugar en la localidad las fiestas de la Santa Cruz que, en su configuración actual, son las más antiguas que conserva el municipio. El origen de las fiestas parece encontrarse en el impulso de los antiguos señores de El Viso a la devoción a la Cruz.

Este año estas fiestas comenzaron el jueves, día 10, y terminan hoy con la entrega de premios para los patios, fachadas y escaparates mejor engalanados.

Además de ser una fiesta muy colorida y con numerosas actuaciones, no deja a un lado la solidaridad. El miércoles fue el día del niño. Los más pequeños pudieron disfrutar de los cacharritos a un precio asequible. Los pequeños que quisieron participar llevaron una bolsa de alimentos –que se dona a Cáritas– y a cambio recibieron un bono para disfrutar en todas las atracciones a un precio de euro y medio.

Otra localidad con gran tradición de cruces es El Madroño, que con tan solo tres centenares de vecinos, celebra cinco cruces: la de Arriba y la de Abajo y las de sus aldeas –Juan Antón y Juan Gallego, Villagordo y El Álamo–.

Estas cruces se celebran entre los meses de mayo y agosto. El máximo esplendor de estas festividades tuvo lugar en los siglos XVIII y XIX. En sus orígenes se rendía culto a la naturaleza, que se simboliza en un árbol, aunque posteriormente se cristianizó.

En esta fiesta tienen especial relevancia las mulas con actos como la exaltación de las bestias y los mozos de la bandera.

La celebración de estas cruces es muy similar. En ellas se lleva a cabo la ofrenda del romero a la Santa Cruz, cuyo acto principal lo constituye la entrada del romero protagonizada por la pareja de mozos de la bandera, con sus acompañantes –los mozos del año anterior–, además de la salida y presentación de las bestias ante la Santa Cruz, que se realiza al comienzo del acto. Todas estas fiestas son amenizadas por bandas de música, que tocan el romerito, mientras que las mujeres cantan las coplas del romero.

La cruz de Arriba se celebra el segundo fin de semana de mayo; la de Juan Antón y Juan Gallego, el tercer fin de semana de mayo; la de Abajo, el segundo fin de semana de julio; la de Villagordo, el tercer fin de semana de julio, y la de El Álamo, el primer fin de semana de agosto.

Otras de las cruces de mayo con más tradición es la de El Coronil, que este año ya no será organizada por el Ayuntamiento de la localidad. Para que no se pierda la tradición, la hermandad de El Calvario es la que se ha encargado de su organización.

Esta fiesta tendrá lugar el 28 de mayo y consistirá en la procesión de varios pasos, uno de ellos elaborado por la propia hermandad.

Antiguamente se instalaban dos cruces, una en la calle Primero de Mayo y otra en la Vereda, que permanecían casi durante el mes. Ahora, a pesar de la tradición no se montan y se reduce la fiesta a un único día en la que los niños son los protagonistas con sus pasos.