El reto de la igualdad tanto en calidad como en precio

El Consorcio de Aguas muestra las virtudes de la alianza supralocal. El modelo social llega a Emasesa y Aljarafesa

Iñaki Alonso @alonsopons /
30 nov 2017 / 23:36 h - Actualizado: 30 nov 2017 / 23:38 h.
"Encuentros El Correo"
  • Joaquín Fernández Garro, vicepresidente del Consorcio Provincia de Aguas de Sevilla, junto a Rafael Gil, director general de Soningeo Energy. / Jesús Barrera
    Joaquín Fernández Garro, vicepresidente del Consorcio Provincia de Aguas de Sevilla, junto a Rafael Gil, director general de Soningeo Energy. / Jesús Barrera

¿Por qué el agua cuesta 10 en un sitio y 50 en otro? ¿Por qué hay lugares donde se puede beber del grifo y otros que recurren a la embotellada? Y, ¿por qué hay municipios que, a día de hoy, sufren cortes del suministro, cuando no hay alerta por sequía? Las políticas de aguas son diversas en la provincia y, por tanto, los parámetros también. Hasta cinco sistemas de aguas conviven en Sevilla, pero queda un 25 por ciento de localidades cuya gestión se hace sin alianzas y a pulso por el consistorio de turno.

En el encuentro, se vio la impresión de dos gigantes, Emasesa y Aljarafesa, que hace tiempo hicieron las paces para promover un sistema igualitario entre territorios. De ahí nació el Consorcio Provincial de Aguas, cuyo cometido es convencer a los escépticos de que en esta materia también funciona el manido dicho de que la unión hace la fuerza.

En ese cometido se embarcó la intervención del vicepresidente del Consorcio, también de Aljarafesa y alcalde de Umbrete, Joaquín Fernández Garro, al que se le llenó la boca de citar los beneficios de adherirse a algunos de los sistemas ya existentes. El primero es el general y más a largo plazo de unificar precios, y calidad del agua. Pero Fernández Garro se centró en virtudes más directas como la calidad del servicio. «No habría cortes y se garantizaría el abastecimiento las 24 horas del día», indicó. Una calidad que merece, a su juicio, la pena, pese a que los que están fuera del sistema gozan de la ventaja de un precio irrisorio de la factura del agua que «sólo serviría para determinados usos y supone un gasto adicional en agua mineral». A la hora de contraponer modelos, señaló también la inversión, que puede ser millonaria en poblaciones pequeñas. «En un consorcio se multiplicaría. Un pueblo de 3.000 habitantes puede recibir una inversión de siete millones», remarcó Fernández Garro, que es consciente de la realidad de alcaldes reacios porque puede no ser entendido el cambio por la población.

Si Fernández Garro reivindicó la unión, el consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop, visionó el futuro, que pasa por medidas sociales como garantizar el suministro a familias que no pueden asumir tal gasto –Aljarafesa también lo aplica– o la búsqueda de un modelo del siglo XXI, más igualitario y «metropolitano». En esa revolución tendrá mucho que decir el proyecto de Gestión Pública Sostenible (GPS) que presentará este mes la empresa metropolitana, así como la evaluación de todo el sistema para detectar aquellos puntos de mejora.

Palop partió de la base de todo lo avanzado con respecto, por ejemplo, finales de los noventa, cuando se actuó con «improvisación» ante un periodo de sequía importante. Ahora se ha reducido las pérdidas en red (del 25 al 10 por ciento) y de consumo (de 175 hm3 por habitante de 1992 a los actuales 114 hm3.


Eficiencia energética

En materia de ahorro profundizó Rafael Gil, director General de Soningeo Energy, que partió de una base: «No hay mejor energía que la que no se consume». Para ello, invitó a «no dejar pasar el tren del ahorro» y fijar una «colaboración público-privada» que puede permitir reducir los costes hasta un 30 por ciento. Además, recordó la existencia de un fondo europeo para la eficiencia energética dotado de 800 millones.