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Agricultura

El tomate de industria sevillano emigra para tener agua

Los agricultores prefieren asumir altos alquileres en Cádiz y Huelva para poder tener una producción que, al menos, tenga garantizado el riego en todo el proceso de crecimiento del producto

31 mar 2023 / 15:59 h - Actualizado: 31 mar 2023 / 17:01 h.
"Agricultura"
  • El tomate de industria sevillano emigra para tener agua

Emigrar para encontrar mejores condiciones de vida. La historia de España parece repetirse año tras año con los mismos condicionantes, y cuando no se trata de personas que hacen la maleta y se marchan a otros horizontes, es, como en este caso, uno de los productos más importantes de la economía agrícola de la provincia de Sevilla: el tomate de industria.

Y no es de extrañar que esto pase, ya que el tomate de industria ha perdido en Andalucía unas 6.500 hectáreas en dos años, tras pasar de las 9.000 de 2021 a las 2.500 plantadas en este 2023, en el que, debido a la sequía, se ha experimentado solo un leve aumento de 200 hectáreas respecto al año pasado.

El responsable de Productos Transformados de la COAG Andalucía, Diego Bellido, ha alertado, además, de que la provincia de Sevilla, otrora líder en producción, se ha quedado este año con una siembra «testimonial» de unas 150 hectáreas entre pimientos y tomates, mientras que muchos agricultores han alquilado tierras en Cádiz, que junto a Huelva son las dos provincias en las que ahora trabajando los empresarios sevillanos dedicados a este producto.

El alquiler compensa la falta de agua

Con todo, «aunque están pagando hasta 2.000 euros al mes por hectárea», en esas provincias están encontrando mayores facilidades para poder regar los campos, de modo que se han desplazado a las mismas para garantizar la producción.

Según ha concretado, las 9.000 hectáreas de 2021 suponían alrededor de un millón de toneladas de concentrado de tomate por un valor de 150 millones de euros, mientras que en 2022 se procesaron los productos que se recogieron en unas 2.300 hectáreas, unas 276.000 toneladas de concentrado», por un valor de 37 millones de euros.

Para este año, el aumento será «inapreciable», asegurado Diego Bellido, que avisa de que es una situación que hay que solucionar para futuras campañas.

Pérdidas millonarias

Todo esto significa que el impacto negativo en Andalucía, fundamentalmente en la comarca sevillana del Bajo Guadalquivir, es de más 120 millones de euros, con el «agravante» de que la cooperativa Las Marismas de Lebrija, «una de las industrias más pujantes en concentrado de tomate», se mantuvo cerrada la pasada campaña, «con la consiguiente pérdida de empleo y de riqueza para la comarca».

Cuando el clima lo permite, la cooperativa produce una media de 264.000 toneladas de tomate fresco y 55.000 toneladas de concentrado, que se exportan a los cinco continentes, y en la presente campaña, para incentivar la siembra, se ha ofrecido incluso a los agricultores la planta a coste cero, «porque no puede permitirse el lujo de volver a tener paralizada su fábrica un año más”.