En busca de la Seda perdida en Los Molares

Una asociación quiere recuperar la histórica Feria de la Seda como símbolo de su época más brillante

10 ene 2016 / 21:17 h - Actualizado: 10 ene 2016 / 21:19 h.
"Cultura","Historia"
  • Vista aérea de la zona molareña donde se realizaría la recreación de la Feria de la Seda. / V. C.
    Vista aérea de la zona molareña donde se realizaría la recreación de la Feria de la Seda. / V. C.
  • Componentes de la asociación que pretende recuperar esta tradición. / V. C.
    Componentes de la asociación que pretende recuperar esta tradición. / V. C.

Un grupo de vecinos de Los Molares ha decidido dar un paso firme en la recuperación de los valores históricos de esta pequeña población de la Campiña sevillana y rememorar la histórica Feria de la Seda, originaria de 1465 y que significó la etapa más brillante de la historia de esta localidad. Así, se ha creado recientemente la Asociación Feria de la Seda de Los Molares, con una base de seis miembros fundadores que forman parte de su junta directiva, en su mayoría relacionados con la investigación histórica. En pocos meses de vida, el nuevo colectivo aglutina ya más de 40 socios.

El objetivo de esta nueva asociación es, principalmente, investigar y difundir la historia de la antigua Feria de la Seda. «Creemos que, además de su indudable interés científico, traer al presente este evento histórico podría ser un interesante recurso cultural, tanto a nivel local como fuera del municipio», afirma Ezequiel Gómez Murga, secretario del colectivo.

Entre los proyectos en cartera de la asociación está el crear un centro de documentación que abarque tanto temas de la historia local como todo lo relacionado con la adecuada recreación de la Feria de la Seda y su época. Los primero que van a hacer, según explicó Gómez, es ordenar la información que ya disponen gracias a la labor de aficionados e investigadores particulares; pero a medio y largo plazo será necesario un programa de inversiones que vayan acrecentando y manteniendo al día todos los fondos y que estos puedan consultarse vía online en internet. En cuanto al antiguo Mercado Medieval que se celebró recientemente en este municipio, la Asociación Feria de la Seda pretende recuperarlo y darle una mayor dimensión centrándolo en la recreación histórica de la original Feria de la Seda. «Queremos poner en marcha algunos talleres formativos sobre temas concretos, como un taller de confección de trajes de los siglos XV al XVII».

Además, el colectivo está formando grupos de trabajo para proponer mejoras conceptuales a todos los niveles y responsabilizarse también de actividades concretas en la edición de este año, como una exposición que quiere dedicar al 550 aniversario de la Feria de la Seda, que se cumplió en el pasado 2015, pero cuya celebración finalmente se ha trasladado al recién estrenado 2016. En definitiva, la propuesta turística, cultural y económica impulsada por el colectivo aspira al menos a realizar una recreación veraz de ese pasado histórico esplendoroso para Los Molares, «dejando a un lado los mercados medievales al uso, idealizados, estandarizados y llenos de tópicos, y trabajar por una reconstrucción que, sin dejar de ser atractiva y divertida, sea un campo de pruebas científicas sobre indumentaria y costumbres, como procuran otras recreaciones históricas de calidad que se llevan a cabo en nuestro territorio peninsular».

Y todo ello, según afirma Ezequiel Gómez, aprovechando el marco excepcional del castillo molareño y la colaboración que con la iniciativa va a tener el Ayuntamiento que preside la socialista Rosa María Moreno.

UNA CONCESIÓN REAL

La Feria de la Seda fue concedida por el Rey Enrique IV de Castilla en 1465, gracias al empeño de la entonces condesa de Los Molares, doña María de Mendoza, hija del célebre Marqués de Santillana. En un primer momento, la feria tuvo un interés fundamentalmente comarcal, y quizá jugó un importante papel el hecho de que el Rey por aquellas fechas se encontrara en un momento de debilidad y los Mendoza fueran unos de sus principales valedores.

Pero con el descubrimiento de América y aquella Sevilla «puerto y puerta de las Indias», la feria tomó un nuevo impulso, convirtiéndose en una de las más importantes del país, particularmente en el negocio textil, de ahí el nombre por el que es conocida. Su declive histórico –que acabó por hacerla desaparecer– coincidió en el tiempo con el declive del puerto de Sevilla.