Eugenio Baisón, extremeño de Fuente del Maestre afincado en Mairena del Aljarafe desde hace 45 años, fue condecorado ayer por el Rey Felipe VI con la Orden del Mérito Civil junto a otros 40 héroes y ‘ciudadanos ejemplares’ entregados al servicio de los demás
El monarca, arropado por la Reina Letizia, Princesas Leonor y Sofía más el Presidente y Ministro de Exteriores -en funciones- Pedro Sánchez y Josep Borrel, celebraba con éste acto el quinto aniversario de su reinado. Recalcó su reconocimiento y gratitud a los premiados con emotivas palabras: ‘España es una nación de ciudadanos comprometidos con el destino de nuestros semejantes, una nación generosa y abierta, que abraza al mundo’.
Eugenio Baisón es todo un ejemplo de solidaridad al ostentar el record de donaciones de sangre tras haber regalado vida en 161 ocasiones. Nunca dejó de donar sangre desde su mayoría de edad hasta su jubilación, incluso en los peores momentos de su intensa vida, cuando perdió a su mujer e hijo con 6 años. Con 71 años, y padre nuevamente desde hace 20 meses, subyuga con verbo que atrapa imparte conferencias, concienciando y animando la donación sanguínea, en Institutos, colectivos vecinales, Universidades y adonde le lleve su infinito corazón.
Baisón convirtió dicha solidaridad en una constante vital asegurando sentir alegría al saber que a alguien le salvó la vida o mejoró su salud. Repite, siempre, que ‘no puede faltar sangre en nuestros hospitales’
Por su apostolado de la donación sanguínea fue nombrado Hijo Predilecto de Mairena del Aljarafe, premiado por la Asociación de Donantes de Sangre, Tejidos y órganos de Sevilla (ADSTOS) más las federaciones andaluza y española de donantes de sangre que lo distinguieron como Gran Donante.
Los méritos individuales de Baisón los lleva en su nombre de pila (bien nacido, del griego clásico) y en lo que escribió el inolvidable sevillano Antonio Machado sobre las ‘buenas personas’, las comprometidas con la sociedad, la salud y la solidaridad pues recalca experimentar ‘paz al donar sangre’ lo que le resulta ‘incomparable’.