El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Guillena, encabezado por Lorenzo Medina, ha acordado congelar las ordenanzas fiscales para el próximo año 2021. Esta decisión supone que no habrá modificación al alza de los impuestos y tasas municipales y demás precios públicos, que no verán por tanto incrementado su importe el año que viene.
Según recoge la propuesta realizada por el área de Hacienda del Ayuntamiento guillenero, impuestos como el de bienes inmuebles (IBI) urbano y el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM) – conocido como el sello del coche – al quedar congelados no experimentarán revisión ni subida para el próximo año, manteniéndose en los mismos valores que en 2020.
Se ha valorado el impacto de la pandemia en la economía para congelar los impuestos
Así mismo, quedarán congeladas las tasas municipales de agua y alcantarillado, así como los distintos precios públicos imputados en los servicios municipales – la escuela de música o las actividades deportivas, entre otros –. La tasa de recogida y tratamiento de residuos también será mantenida por la Mancomunidad de Servicios La Vega en los valores de 2020.
Según se ha informado desde el Ayuntamiento, “esta decisión tiene presente el impacto de la COVID-19 en la economía y la evolución negativa asociada a la pandemia en términos de actividad, consumo y empleo”. Con ello, según el gobierno municipal, “se consolidan así de este modo también las bonificaciones fiscales previstas y se insta a mantener las facilidades de pago de los impuestos a través del fraccionamiento o aplazamiento en coordinación con el OPAEF para el 2021”.
La hostelería seguirá exenta en 2021 del pago por la ocupación de la vía pública
Del mismo modo, el próximo año la hostelería seguirá exenta del pago del impuesto por la ocupación de la vía pública. La ordenanza al respecto quedó derogada este año, lo que supone – según señala el consistorio en una nota informativa – “otro intento de seguir ayudando a este sector a superar esta situación crítica”.
La congelación de estos impuestos y, por tanto, la bajada en la presión fiscal para 2021 va a suponer una merma de ingresos para el Ayuntamiento. Esto implica para el gobierno municipal “un esfuerzo importante de control y redistribución presupuestaria”, especialmente en un momento en el que “es más necesaria que nunca la aportación municipal en forma de ayudas a diferentes sectores locales”, entre los que se engloban al pequeño comercio, los autónomos y “ayudas a familias en situación de vulnerabilidad por la situación sobrevenida”. Una decisión que repercute positivamente en la ciudadanía y que conlleva un mayor esfuerzo municipal “para poder seguir garantizando los servicios municipales”.