Guillena se regocija en su Esperanza

La primera estación de penitencia de La Esperanza como hermandad brilló en un Sábado de Pasión con sabor a barrio y formas elegantes

13 abr 2019 / 21:18 h - Actualizado: 13 abr 2019 / 21:19 h.
"Semana Santa 2019 en la provincia"
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El sábado desbordaba alegría por todos sus costados. La semana de pasión de Guillena comenzaba con una primavera brillante y calurosa, en una jornada que estrenaba sol, cofradías e incluso hermandad. El Sábado de Pasión inauguró la Semana Santa guillenera con la estación de penitencia de la ya hermandad de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de la Esperanza.

Fue la alegría del barrio Peláez, que extendía sus contornos para acoger al público expectante de cofradías. La felicidad templaba los nervios previos a la salida de unos vecinos que han visto nacer y crecer a un grupo donde la fe y la devoción han sabido dar los pasos para llegar a ser en este sábado la primera hermandad en poner su cofradía en la calle.

Con ese planteamiento, lo vivido en Guillena no fueron vísperas, sino Semana Santa plena en la localidad. Con la plenitud que regaló la cofradía de La Esperanza en su estreno como hermandad. Erigida canónicamente como tal desde el pasado 18 de enero, la salida desde su capilla se tornó este año más especial e ilusionante si cabe. Un júbilo que se percibía bajo el antifaz en los ojos de su hermano mayor, Francisco González, y que desbordaba en cada nazareno, en cada espectador y en cada paso de la cuadrilla de costaleros.

La complicada salida, de rodillas por la angostura de la puerta, arrancó los primeros aplausos. Rosas y fresias de color malva, tulipanes morados, cardos y espinas componían el exorno floral del paso. Una fragante calle de la Amargura en la que el divino Nazareno – obra de Manuel Ramos Corona – cargaba con el madero, auxiliado por el Cirineo y ante su Madre, Nuestra Señora de la Esperanza, origen de esta hermandad salida de las gubias de Gabriel Cuadrado Díaz. Acompañados por los sones de la agrupación musical Paz y Caridad de Estepa, los titulares fueron inundando de esperanza cada calle de la localidad desde la barriada de Nuestra Señora de la Granada hasta la Parroquia que lleva el nombre de la patrona.

En el repertorio sonó “Jesús, Tú eres nuestra Esperanza”, la marcha cuyo título es también el lema de la flamante corporación guillenera. Y como a un ancla, la población de Guillena se aferró a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Porque solo Él y su palabra son la esperanza del mortal, y así lo pregonaron las 250 personas – entre nazarenos y los 76 costaleros de la cuadrilla – que dieron publica protestación de fe en el cortejo procesional.

Nazarenos de túnicas y capas blancas, con antifaces morados para el Cristo y verdes para la Virgen, compusieron un mismo cortejo pero a la vez diferenciado para sus dos titulares. Orden y seriedad, derroche de una cofradía de barrio, incipiente pero asentada, que exhibió su mejor andar y toda su elegancia a su paso por enclaves tan señeros como la calle Antonio López Romero - el conocido y esperado en este sábado callejón del ambulatorio -. La calle Cervantes y la revirá hacia la calle Real fueron puntos desbordantes de público, en los últimos metros antes de llegar a la parroquia. Momento este de recogimiento donde la fuerza del barrio se contuvo para postrarse con el ejemplo de su seriedad y saber estar ante el Dios vivo que habita en el Sagrario.

Fue en 1983 cuando se crea el génesis de esta corporación en torno a la imagen de la Virgen de la Esperanza. Constituida como agrupación parroquial en 1990 y desde su capilla de la barriada Peláez, sus 1.111 hermanos han construido iglesia y comunidad, en un camino creciente de fe. Han pasado décadas desde aquella primera salida procesional de la Virgen de la Esperanza, bajo palio, en 1987. Se ha cumplido ya más de un cuarto de siglo desde que la imagen del Señor fuera bendecida. Y los proyectos y anhelos de esta hermandad abren un ilusionante futuro. Tan ilusionante como fue completar la estación de penitencia entrados ya en las primeras horas del Domingo de Ramos.

De nuevo arropados por su barrio, los hermanos de La Esperanza culminaron su estación de penitencia. Primera como hermandad, y última desde la Capilla con su configuración actual, pues después de Semana Santa comenzará la remodelación del templo. Un proyecto que ha completado la primera fase, con la construcción de unos salones parroquiales para uso de la comunidad y de la catequesis. Una ampliación que da alas al sueño de volver a ver a la Virgen de la Esperanza bajo palio salir desde su capilla. Un emocionante futuro que esta hermandad de barrio continuará construyendo con tesón día a día, para seguir llenando de Esperanza a su barriada y a toda Guillena.