La esperada venida de Escardiel

La Virgen será trasladada en el mes de mayo hasta la parroquia de Castilblanco de los Arroyos, donde permanecerá hasta su romería, en septiembre

16 ene 2017 / 15:30 h - Actualizado: 16 ene 2017 / 18:35 h.
"Religión"
  • Numerosos feligreses acompañan en romería a la Virgen de Escardiel de Castilblanco de los Arroyos. / F.J.D
    Numerosos feligreses acompañan en romería a la Virgen de Escardiel de Castilblanco de los Arroyos. / F.J.D
  • Imagen de la Virgen de Escardiel. / F.J.D.
    Imagen de la Virgen de Escardiel. / F.J.D.

La Virgen de Escardiel recibe culto en su ermita, situada a cinco kilómetros de Castilblanco de los Arroyos. Cada cinco años, la imagen recorre esa distancia para bajar al pueblo, visitarlo al completo, celebrar su fiesta principal y permanecer allí hasta mediados de septiembre, cuando coincidiendo con su romería vuelve a la ermita. Son pues los años terminados en dos y en siete –como este– los más anhelados por los castilblanqueños, por ser los de Venida. Y desde que arrancó este recién estrenado 2017, el pueblo se prepara con júbilo para recibir a la Virgen en su vista que, si bien es la habitual de cada lustro, se reviste con matices extraordinarios.

En esta ocasión será en el mes de mayo, y no en agosto, cuando la Virgen sea llevada a Castilblanco. Esta es la principal novedad de esta Venida, en la que se dilatará la estancia de la imagen en el pueblo por cinco meses en vez de las tres semanas habituales. La distancia que separa el pueblo de la ermita y el hecho de que solo se encuentre abierta cuando se celebran cultos fueron tomados en consideración por el párroco local, Pablo Colón, para proponer a la hermandad adelantar la Venida. Tras el beneplácito del cabildo de hermanos y la aprobación arzobispal, será el próximo 6 de mayo la fecha elegida para el traslado de la venerada imagen. «Siendo la devoción tan grande y conservándose a pesar de esa incomunicación con la ermita, los devotos reclamaban una mayor cercanía con la Virgen y que, gracias a esta estancia prolongada, disfrutaremos», explica el hermano mayor, Juan Lobo.

El rito será idéntico al de anteriores traslados, aunque en fecha atípica. «Será tras la función del primer domingo de mayo, que en esta ocasión extraordinaria se hará en sábado, cuando la Virgen, vestida de Pastora, inicie el traslado», relata el hermano mayor. Para evitar los estragos del camino, la imagen es cubierta dentro de la ermita. El rostro se protege con «un velo, bordado en Santa Isabel, y que es el que se lleva a los hermanos cuando están enfermos o en hospitales para su mejoría».

Se iniciará el camino en torno a las 17.00 horas. El trayecto de cinco kilómetros discurrirá por «la Pasá de Escardiel, el camino de la Virgen». Unas sencillas parihuelas servirán para trasladar a la imagen, en las que puede arrimar el hombro toda la persona que quiera ayudar a recorrer el trayecto. «Recibimos ese día a mucha gente que viene a visitarnos, y todos están invitados a llevar a la Virgen».

Con las últimas luces del día se llegará a Castilblanco, momento en el que se despojará a la Virgen del guardapolvo. El director espiritual y la camarera serán los encargados de descubrir a la imagen en el literario Mesón del Agua, lugar a la entrada del pueblo que aparece en Las Dos Doncellas, una de las Novelas ejemplares de Cervantes. Habitualmente en cada Venida, esta primera noche la imagen se pasa en la Huerta del Portillejo, en un altar efímero erigido para recibirla. «En esta ocasión sin embargo irá directamente a la parroquia, por lo que no hará noche allí».

En este tiempo en la localidad la Virgen recibirá culto en el altar mayor de la parroquia del Divino Salvador, que presidirá «por petición expresa del párroco», en vez de permanecer en la capilla propia que tiene en el templo. «Las primeras comuniones y las confirmaciones se celebrarán de forma especial, revestidas de mayor solemnidad por la presencia de la Virgen», e incluso se van a organizar unas misiones populares con la imagen.

«La parte extraordinaria de esta Venida transcurrirá hasta el 11 de agosto, cuando se retomarán las procesiones y actos habituales», explica Lobo. «Las reglas estipulan que la Virgen visite cada casa del pueblo. Así, desde el día 11 recorrerá en primer lugar su barrio, el del Puente, y cada día una zona de Castilblanco hasta recorrerlo en su totalidad». Y ya el día 15, tras su función principal, procesionará bajo palio de tumbilla en el itinerario habitual de las procesiones locales. Tras esta última salida, permanecerá en el altar mayor hasta la romería, que se celebra en torno al 12 de septiembre, y en la que será trasladada de vuelta a su ermita.

El pueblo ya espera y prepara con ahínco la Venida de la Virgen, de la que es «la principal devoción mariana local». Sobre todo en lo que respecta al exorno: «Hay en marcha talleres para preparar colgaduras y adornos, para recibir a la Virgen de la mejor forma posible».

Escardiel es un topónimo autóctono y único de Castilblanco de los Arroyos, mezcla de latín y árabe que viene a significar «campo de cardos». La Virgen, una talla fechada en el siglo XIII aunque reformada en el XVII, toma para su advocación el nombre del lugar donde recibe culto desde sus orígenes. Hasta la Desamortización, en el siglo XIX, la imagen solo se trasladaba al pueblo en ocasiones singulares –epidemias, hambrunas, sequías–. Cuando se desamortiza la finca y la hermandad solo se queda con la ermita comenzó a ser llevada anualmente para celebrar el 15 de agosto en el pueblo, ante la imposibilidad de realizar la fiesta en dicho paraje. En el año 1966, tras la reorganización de la hermandad, se fijó que la Virgen permaneciera en la ermita, que se celebrase su romería en septiembre y se estableció, para mantener su vínculo con el pueblo, la Venida cada cinco años, un momento de cercanía con la Virgen que en Castilblanco se espera fervientemente.

La Virgen de Escardiel recibe culto en su ermita, situada a 5 kilómetros de Castilblanco de los Arroyos. Cada 5 años, la imagen recorre esa distancia para bajar al pueblo, visitarlo al completo, celebrar su fiesta principal y permanecer allí hasta mediados de septiembre, cuando coincidiendo con su romería vuelve a la ermita. Son pues los años terminados en 2 y en 7 los más anhelados por los castilblanqueños, por ser los de Venida. Y desde que arrancó este recién estrenado 2017, el pueblo se prepara con júbilo para recibir a la Virgen en su vista que, si bien es la habitual de cada lustro, se reviste con matices extraordinarios.

En esta ocasión será en el mes de mayo, y no en agosto, cuando la Virgen sea llevada a Castilblanco. Esta es la principal novedad de esta Venida, en la que se dilatará la estancia de la imagen en el pueblo por cinco meses en vez de las tres semanas habituales. La distancia que separa el pueblo de la ermita y el hecho de que solo se encuentre abierta cuando se celebran cultos fueron tomados en consideración por el párroco local, Pablo Colón, para proponer a la hermandad adelantar la Venida. Tras el beneplácito del cabildo de hermanos y la aprobación arzobispal, será el 6 de mayo la fecha elegida para el traslado de la venerada imagen. «Siendo la devoción tan grande y conservándose a pesar de esa incomunicación con la ermita, los devotos reclamaban mayor cercanía con la Virgen y que gracias a esta estancia prolongada disfrutaremos», explica Juan Lobo, hermano mayor

El rito será idéntico al de anteriores traslados, aunque en fecha atípica. «Será tras la función del primer domingo de mayo, que en esta ocasión extraordinaria se hará en sábado, cuando la Virgen, vestida de Pastora, inicie el traslado», explica el hermano mayor. Para evitar los estragos del camino, la imagen es cubierta dentro de la ermita. El rostro se protege con «un velo, bordado en Santa Isabel, y que es el que se lleva a los hermanos cuando están enfermos o en hospitales para su mejoría».

Se iniciará el camino en torno a las 17.00 horas. El trayecto de 5 kilómetros discurrirá por «la Pasá de Escardiel, el camino de la Virgen». Unas sencillas parihuelas servirán para trasladar a la imagen, en las que puede arrimar el hombro toda la persona que quiera ayudar a recorrer el trayecto. «Recibimos ese día a mucha gente que viene a visitarnos, y todos están invitados a llevar a la Virgen».

Con las últimas luces del día se llegará a Castilblanco, momento en el que se despojará a la Virgen del guardapolvo. El director espiritual y la camarera serán los encargados de descubrir a la imagen en el literario Mesón del Agua, lugar a la entrada del pueblo que aparece en Las Dos Doncellas, una de las Novelas ejemplares de Cervantes. Habitualmente en cada Venida, esta primera noche la imagen se pasa en la Huerta del Portillejo, en un altar efímero erigido para recibirla. «En esta ocasión sin embargo irá directamente a la parroquia, por lo que no hará noche allí».

En este tiempo en la localidad la Virgen recibirá culto en el altar mayor de la parroquia del Divino Salvador, que presidirá «por petición expresa del párroco», en vez de permanecer en la capilla propia que tiene en el templo. «Las primeras comuniones y las confirmaciones se celebrarán de forma especial, revestidas de mayor solemnidad por la presencia de la Virgen», e incluso se van a organizar unas misiones populares con la imagen.

«La parte extraordinaria de esta Venida transcurrirá hasta el 11 de agosto, cuando se retomarán las procesiones y actos habituales», explica Lobo. «Las reglas estipulan que la Virgen visite cada casa del pueblo. Así, desde el día 11 recorrerá en primer lugar su barrio, el del Puente, y cada día una zona de Castilblanco hasta recorrerlo en su totalidad». Y ya el día 15, tras su función principal, procesionará bajo palio de tumbilla en el itinerario habitual de las procesiones locales. Tras esta última salida, permanecerá en el altar mayor hasta la romería, que se celebra en torno al 12 de septiembre, y en la que será trasladada de vuelta a su ermita.

El pueblo ya espera y prepara con ahínco la Venida de la Virgen, de la que es «la principal devoción mariana local». Sobre todo en lo que respecta al exorno: «Hay en marcha talleres para preparar colgaduras y adornos, para recibir a la Virgen de la mejor forma posible».

Escardiel es un topónimo autóctono y único de Castilblanco de los Arroyos, mezcla de latín y árabe que viene a significar «campo de cardos». La Virgen, una talla fechada en el siglo XIII aunque reformada en el XVII, toma para su advocación el nombre del lugar donde recibe culto desde sus orígenes. Hasta la Desamortización, en el siglo XIX, la imagen solo se trasladaba al pueblo en ocasiones singulares –epidemias, hambrunas, sequías–. Cuando se desamortiza la finca y la hermandad solo se queda con la ermita comenzó a ser llevada anualmente para celebrar el 15 de agosto en el pueblo, ante la imposibilidad de realizar la fiesta en dicho paraje. En el año 1966, tras la reorganización de la hermandad se fijó que la Virgen permaneciera en la ermita, que se celebrase su romería en septiembre y se estableció, para mantener su vínculo con el pueblo, la Venida cada 5 años, un momento de cercanía con la Virgen que en Castilblanco se espera fervientemente.