La Hermandad del Cristo de la Vera Cruz, María Santísima de Los Remedios y Nuestro Padre Jesús Cautivo de Los Palacios y Villafranca cierra el año 2016, el del 450 aniversario de su propia fundación (1566), con la restauración en profundidad de la talla anónima de su Virgen, no solo la más antigua del pueblo, del siglo XVI, sino la que más devoción fomenta desde su barrio de El Furraque, tal vez el epicentro de esa otra villa que era Villafranca de la Marisma (una villa efectivamente franca, dependiente de la ciudad de Sevilla y fundada en 1501) antes de unirse a Los Palacios (propiedad del Ducado de Arcos) en 1836.
La Virgen del Furraque, «remedio de todos los males», como la calificó el cura Juan Tardío en versos de agradecida raigambre popular a mediados del siglo pasado para un himno que todavía se canta, procesiona cada Jueves Santo acompañando al Cristo de la Vera Cruz, del que hace un par de años se celebraba el 75 aniversario de su llegada a la capilla de San Sebastián tras la factura de Castillo Lastrucci. El Crucificado fue restaurado el año pasado precisamente por el mismo profesional sevillano que intervendrá ahora en la talla de la Virgen, Enrique Gutiérrez Carrasquilla.
El cronista oficial de Los Palacios y Villafranca, Antonio Cruzado, revelaba el año pasado en un libro editado por la propia hermandad que las reglas de la cofradía constituían el documento escrito más antiguo que se conserva en el municipio.
La talla de la Virgen de Los Remedios fue despedida durante la noche del lunes en un acto íntimo en la capilla en la que los miembros de la junta de gobierno de la cofradía participaron de un rezo previo antes de transportar la imagen al taller restaurador. «Fue muy emotivo, y la hermandad y el barrio entero la van a echar mucho de menos», asegura el hermano mayor, Juan Gavira, consciente del apego que el pueblo le tiene a una Virgen que ha gozado de especial protagonismo este año de efeméride que termina, pues presidió el pontifical del cardenal Carlos Amigo Vallejo celebrado en plena calle el pasado 17 de septiembre, tras el que la Virgen paseó por todo el pueblo –y visitó todos los templos– en una procesión sin precedentes que la devolvió a su capilla poco antes del amanecer.
En el informe de diagnóstico y propuesta de intervención de Gutiérrez Carrasquilla se califica el estado de conservación de la talla de «deficiente» y aunque «el candelero está en perfectas condiciones al ser de reciente factura», el documento se refiere a «dos pequeños orificios localizados en la zona pectoral y que fueron tapados con cera», cierta apertura «por el lateral derecho del rostro que presenta la mascarilla» y «un sistema de sujeción de las manos que no es el adecuado», así como «los sistemas de sujeción de la corona y del Niño», también inadecuados.
Asimismo, habrá de construírsele unos nuevos brazos que le permitan más movilidad. Además, la policromía presenta «una capa de suciedad generalizada y amplias zonas de desprendimientos y pérdidas», muchas de ellas por «el roce de alfileres». Asimismo, el Niño sufre «una gran fisura que recorre el lado derecho del tronco por la parte frontal» y los dedos pulgar, índice y corazón del pie «están rotos y defectuosamente pegados, así como el índice de la mano izquierda». En este sentido, el propio hermano mayor reconoce que «nadie recuerda que el Niño se haya restaurado nunca», ni siquiera en la última restauración de 1984.
Entonces, hace 32 años, la Virgen salió en procesión extraordinaria el 8 de diciembre. Al día siguiente, un desaprensivo entró en la capilla y robó todas las joyas de la Virgen, pero su madre, algunos días después, lo devolvió todo. Otra fechoría similar sufrió la Virgen hace casi tres años, cuando el último día de la feria local amaneció la capilla abierta y con la sorpresa del robo de las joyas de la Virgen, pero esta vez no hubo tanta suerte.
La hermandad debate ahora si en el camerino principal del altar mayor, donde tiene su lugar la Virgen, se colocará una imagen suya hasta que vuelva a finales de febrero de 2017 o, por el contrario, se colocará como titular presidente sustituto al Cristo de la Vera Cruz.
El barrio se ha quedado «desmadrado», señalan algunas vecinas, que se sentirán raras al entrar cada mañana de domingo en la capilla y notar, como un desconsuelo o una bofetada, la ausencia de su Reme.