Cuando Francisco José Gordón Pérez viajaba desde su pueblo natal, Guadalcanal, hasta Sevilla, a su paso por El Pedroso, un pensamiento se le venía a la cabeza. Aquel pueblecito de paso en su viaje poseía una Inmaculada tallada nada menos que por el insigne Martínez Montañés. Tal vez entonces no sospechaba que en torno a ella, algún día, haría algo grande.
Francisco José se ordenó presbítero en la Catedral de Sevilla el 22 de junio de 2019. Curiosidades de la vida, su primera parroquia sería la de Ntra. Sra. de la Consolación, en El Pedroso. Tal vez por el valor que da la juventud, o por el hecho mismo de ser persona activa y comprometida, el recién ordenado cura empezó a trabajar por su parroquia con diligencia y perseverancia. Enseguida se ganó el cariño de los fieles, y en parte, por cosas como esta. Cuando se atisbaba el comienzo de diciembre, Francisco José volvió a pensar en la Inmaculada. Pero no ya como en aquel recuerdo de paso de su viaje, sino contemplándola en su iglesia. Decidió entonces que la belleza y el significado de aquella Virgen no podía pasar desapercibida e ideó en torno a ella una novena. Sin embargo, el párroco fue más allá del rito litúrgico y puso en funcionamiento a todo un pueblo.
Una experiencia para repetir
El éxito, muchas veces, se mide en la reiteración. Por ello, la iniciativa se consideró tal en cuanto la feligresía, cercana la fecha, comenzó a preguntar si en este año volvería a repetirse. Y no es para menos. La Novena de la Inmaculada Concepción de El Pedroso congregó a un gran número de fieles en 2019, pero es que además de ello, se llevaron a cabo acciones participativas para personas de distintas edades, desde niños hasta mayores. Supuso una nueva acción un taller de costura que alberga a una treintena de personas.
Este año las circunstancias han requerido de medidas que a la postres no han permitido ver imágenes como las del año pasado, de una iglesia abarrotada. Pero de igual manera, en este 2020 el pueblo de El Pedroso ha vuelto a rendir culto a esa maravillosa Inmaculada que tienen en su parroquia y han vuelto a celebrar la Novena. Este año el Rosario meditado no ha tenido lugar por las calles de la localidad, pero igualmente se ha llevado a cabo dentro de la parroquia. Tal vez no haya habido el bullicio del año anterior, pero también se celebró el traslado de la Virgen hasta el Altar Mayor, en andas y con la presencia de Hermandades locales y la capilla musical Mater Inmaculata. Y cómo no, también este año se ha contado con el taller de costura, y muestra de ello es el lucimiento que ha tenido la parroquia durante estos días.
Compromiso vecinal
La Inmaculada de El Pedroso ha sido capaz de unir de nuevo a los pedroseños y pedroseñas en su celebración, pero también ha puesto de manifiesto el compromiso de estos vecinos con su iglesia. Una muestra de ello es la actuación de más de una treintena de personas en la limpieza del templo tras el pequeño susto que dio un paño que por accidente se prendió fuego. Esto provocó que hubiera de sofocarse el mismo a base de extintores, aunque no hubo que lamentar daños materiales de ningún otro tipo. Al día siguiente la organización de estas voluntarias en turnos propició que la iglesia fuera limpiada de un modo más que eficiente. También se demostró la implicación vecinal en la disposición a la hora de montar el altar ante la imposibilidad de hacerlo el sacristán a causa de un contratiempo.
Feligresía agradecida
El buen hacer de este párroco no ha pasado desapercibido para la feligresía, que en el transcurso de la Novena hacía entrega a Francisco José Gordón de una nueva casulla celeste con la que celebrar tan importante día como es el de la Inmaculada Concepción. El agradecimiento estaba más que justificado en cuanto este párroco se ha preocupado por llevar la iglesia a los propios hogares de los pedroseños. Fue durante el confinamiento domiciliario, cuando al párroco se le ocurrió la genial idea de abrir un canal de Youtube a través del cual emitir las misas y demás actos de la iglesia en directo. Para ello requería de mil suscriptores al menos. Un número que supero y gracias al cual hoy día, y muy especialmente en ocasiones como esta su pueblo agradece.
El éxito, como ya se ha señalado, se mide en la reiteración, aunque visto lo visto, a buen seguro esta no hará ni falta para saber que el año que viene, la Inmaculada de Martínez Montañés, esa misma que Francisco José Gordón Perez contemplaba en su pensamiento cuando viajaba hasta Sevilla, gozará del protagonismo que se merece en un nuevo 8 de diciembre. Su pueblo, sin lugar a dudas, volverá a agradecerlo una vez más.