La romería de Gerena, ¿mejor con o sin feria?

Tras celebrarse las fiestas patronales vuelve a tomar fuerza el debate acerca de la conveniencia de mantener ambas fiestas unidas o separarlas para apostar por su crecimiento

11 jun 2017 / 08:41 h - Actualizado: 11 jun 2017 / 08:41 h.
  • Miles de personas acompañan a la Virgen de la Encarnación, patrona de Gerena, en su romería, que coincide con la celebración de la Feria.
    Miles de personas acompañan a la Virgen de la Encarnación, patrona de Gerena, en su romería, que coincide con la celebración de la Feria.
  • Una de las tradiciones de la feria de Gerena es el día del Tambor a la cantina. / Fotos: Ayto Gerena
    Una de las tradiciones de la feria de Gerena es el día del Tambor a la cantina. / Fotos: Ayto Gerena

Gerena acaba de vivir sus fiestas patronales, la romería en honor de la Virgen de la Encarnación y la feria. Celebraciones conjuntas de la vertiente lúdica con la religiosa, que se disfrutan sin merma de ninguna. Hasta ahí la teoría, pues en la práctica, según refieren los vecinos, cada vez es más notorio como la feria acusa la falta de público por la romería, y cómo la romería no presenta el esplendor de otros tiempos por el perjuicio de la fiesta y el trasnoche feriante. Ello provoca el recurrente debate anual de si sería oportuno separarlas o si por el contrario no es procedente desligar unos festejos tradicionalmente unidos.

Ante la diatriba, recogiendo experiencias anteriores y apostando por dar voz al pueblo para zanjar definitivamente la polémica, el Ayuntamiento planteó la celebración de un referéndum para conseguir una conclusión definitiva a los desencuentros al respecto de las fiestas. El proceso para desembocar en la convocatoria de una consulta popular que dirimiera la cuestión dio comienzo el año pasado, comandado desde el equipo de gobierno. Estaba previsto aprobar celebración del referéndum en pleno en julio del pasado año. La falta de acuerdo político postergó la aprobación de la consulta, abocándola a una recogida de firmas –asumida por la plataforma Romería sin Feria–, que sondeara a la población y determinara la idoneidad y la necesidad real de plantear el referéndum.

La recogida de firmas quedó en suspenso, en vista del «clima de hostilidad generado por ciertas personas hacia la separación», señalan desde la citada plataforma. Contando con «más de 1.000 firmas recogidas con anterioridad» desestimaron seguir sumando adhesiones «para evitar enfrentamientos». En vista de ello, al Ayuntamiento ha paralizado su propuesta de referéndum, cerrando los cauces abiertos para plantear la consulta. Quedan pues romería y feria por tanto unidas y como hasta ahora se han venido celebrando. El tema no se retomará hasta que no se presente el número necesario de firmas para tomarlo en consideración, señalan fuentes municipales.

La propuesta municipal –en todo momento neutral– pretendía un acuerdo plenario para la convocatoria de una consulta popular vinculante. Una pregunta consensuada daría voz a los vecinos para decidir si separar la feria de la romería o mantener ambas celebraciones unidas. La consulta plantearía además una nueva fecha para la feria si triunfaba la separación. Sin una cerrada, se barajaban opciones buscando la idónea, con tiempo proclive, fuera del periodo lectivo y de vacaciones estivales, no coincidente con ferias en el entorno y con circunstancias sociales apropiadas –lejos de fiestas locales y, a ser posible, con el bolsillo lleno tras cobrar la paga extra de verano–.

Con posturas encontradas, en las reuniones celebradas para el consenso vecinal se produjeron encarnizados debates hacia una u otra postura. Los argumentos de las personas proclives a mantener ambas fiestas unidas dirigían una defensa de las tradiciones locales y el mantenimiento de «las señas de identidad, que siempre han sido así». Una de estas tradiciones es la llegada del Tío del tambor a la Cantina, que con sus sones encabeza un pasacalles hasta la feria. «¿Qué pasará con la inauguración de la feria?», se preguntan, «si esta tradición romera ya no coincide». Argumentos como los económicos –«no hay bolsillo que soporte dos fiestas en dos meses distintos»– o los que cuestionan los supuestos beneficios de participación –«que ambas fiestas se celebren en fechas separadas no implica que los que ahora no van a la romería lo vayan a hacer. Ni a la inversa»–. Los defensores del no apuestan por la celebración conjunta de ambas fiestas como «forma de conservación» y una apuesta por la consolidación de las tradiciones.

Fuentes de la comisión que gestionaba la plataforma Romería sin Feria señalan que «se ha hecho un uso político y una mala politización de un clamor popular». Por ello, tras la celebración de las fiestas y «ante el cariz que el asunto ha tomado», han decidido desistir de sus aspiraciones y paralizar todas las acciones destinadas a llegar hasta la consulta. A pesar de ello, mantienen que su único interés era «realzar las fiestas de la patrona y dar valor y un espacio propio a la feria en otra fecha» para potenciar ambas tradiciones. Y constatan además cómo tras las fiestas es habitual volver a escuchar que «ha pasado otro año y no se ha solucionado nada».

Una experiencia similar se llevó a cabo con éxito en Tocina en 2016. Mediante consulta popular se trasladó la feria a la primera semana de septiembre, buscando condiciones más idóneas. En Gerena, el necesario acuerdo para tomar la opinión al pueblo no ha sido posible, quedando ya fuera de las prioridades municipales y vecinales. Sin embargo, cada año por mayo, al abrigo de las fiestas patronales, la pregunta volverá a abrir el debate: la romería, ¿mejor con o sin feria?.