La tradición y la belleza se dan cita en las Cruces de Mayo de El Pedroso

Tres años después la localidad serrana de El Pedroso celebró la festividad de las cruces de mayo. Seis cruces estáticas participaron en el concurso y ya por la tarde se celebró el certamen de pasos de cruces de mayo.

01 may 2022 / 18:12 h - Actualizado: 01 may 2022 / 18:14 h.
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Hay un rincón en la provincia de Sevilla donde abril termina en cruz y mayo empieza en flor. Hay una puerta en Sierra Morena donde te recibe no solo el color, sino el calor de un pueblo. Y ese rincón, y esa puerta bendita no es otra que la que brinda El Pedroso.

Tres años después esta localidad serrana, famosa por su incomparable Feria de Muestras de Productos Típicos allá en el mes de diciembre, ha podido celebrar una de esas fiestas arraigadas en la cultura andaluza y en entornos locales como es la de la cruz de mayo. Tres años después se ha podido burlar la zancadilla que en su día nos puso la pandemia, y tres años después empezamos a recobrar la normalidad rescatando de nuevo nuestras tradiciones más sencillas.

Así, en el último día de abril, el Ayuntamiento de El Pedroso ha vuelto a convocar los concursos de cruces y pasos tal y como venía haciendo en años prepandémicos y ha llenado la localidad de luz, color y calor. Para ello ha invertido un total de 1.340 euros en premios y ha dispuesto de todo un día lleno de jolgorio al que han contribuido el arte del grupo La Plazuela y la afamada chirigota de Puerto Real Los Impacientes.

Amigos del fresco

Como ya se ha señalado, El Pedroso es pórtico de entrada a la Sierra Morena sevillana. Una comarca que supone una bofetada de aire fresco en verano, un bálsamo cada fin de semana, una bocanada sosegada del ansiado otoño, la primavera en flor del pueblo blanco y el placer de la tranquilidad del invierno serrano. Esta puerta, si se llega desde Sevilla o si se entra por el norte y se bordea un poco el comienzo de la localidad, tiene como punto de encuentro el famoso cruce. Desde este mismo se puede ver a personas mirando con ojos enternecidos algo a lo que la vista de cualquiera no alcanza, pues parece cobijado en un rincón. Y no dista mucho de la realidad este parecer, pues en un determinado lugar de Lope de Vega se dispone para regocijo de las pupilas la Cruz Amigos del Fresco.

Y ciertamente esa es la primera evocación que ofrece al visitante, el lugar idóneo que ofrece este marco incomparable para “tomar el fresco”, una práctica de pueblo que bien pudiera ser patrimonio, como poco, de nuestros mejores recuerdos. Y ante esta evocación luce esplendorosa una escena que no deja indiferente a nadie. Con una cruz presidiendo el altar improvisado sobre dosel blanco y rojo. Una cruz en cuyo interior no puede faltar el adorno de la flor. Esta lo acapara todo, a un lado y a otro, tiñendo de ese color tan característico a la escena. No falta un detalle y junto a imágenes sagradas se dispone de toda clase de objetos que hablan de la esencia de un pueblo. Y como banda sonora, el gorgoteo de una fuente que nos invita a quedarnos para siempre contemplando esta belleza.

Asociación de mayores El Romero

De Lope de Vega nos vamos hasta la Barriada San Cristóbal, donde dispone su cruz la Asociación de Mayores El Romero. Un enclave sosegado que respira paz desde la misma puerta para conducir al visitante hasta un patio que atrapa al primer instante. En un rincón del mismo se ha dispuesto de una cruz a la que abrigan un sinfín de flores. Aprovechando la cercanía de las paredes se disponen macetas dando ese toque inconfundible de patio andaluz. Y rematando la escena, ese espacio dedicado a lo nuestro, a nuestras raíces, a esos útiles que nos definen, y a esa silla de enea y esa guitarra que sobre ella descansa.

Cruz del Bar La Piscina

Antes de desembocar en El Paseo del Espino es menester rendir otra visita a otra de las cruces que dispone El Pedroso en este día. Una cruz que no entra en el concurso pero que, igualmente, recibirá muchas visitas y atraerá la atención del visitante. En esta ocasión la cruz se ha dispuesto en una de las paredes externas del bar y su encanto residen en su sencillez, en decir mucho sin necesidad de hablar en demasía. La esencia también es eso, lanzar el mensaje y que este quede grabado a fuego en la memoria. Y esta cruz lo consigue, pues está todo dispuesto en un pequeño espacio, pero con el significado necesario para entenderlo.

El patio de mi casa

El Pedroso está repleto de rincones mágicos. De enclaves únicos que hay que pararse a conocer, pues una vez hecho la satisfacción es máxima. Junto a lo bonito conocido, se encuentra lo mejor por conocer y así, paseando por sus calles uno puede darse de bruces con calles, placitas y recovecos que cortan la respiración. Y en ese idílico paseo, también hay sitio para una visita a un patio muy especial. Un patio que aprovecha cualquier centímetro alcanzable a la vista para llenar una escena dedicada a la cruz. Pero también dedicada a nosotros mismos, a lo que fuimos y a lo que somos. Un patio comunitario donde en balancines hermosos descansa nuestra memoria, y con vasijas y aperos de otro tiempo nos recuerda de dónde venimos. Un patio cargado de detalles que en una sola visita no caben. Un patio público a los ojos y muy particular.

Asociación 4 patas

Y de rincón en rincón de la calle pura a un enclave institucional, otra visita necesaria es la que se hace al patio del Ayuntamiento, donde dispone su cruz al Asociación 4 patas. Ellos, defensores a ultranza del bienestar animal, entienden la sencillez mejor que nadie. Y por ello han montado una escena bien sencilla. Su cruz rezuma bondad y su esencia se colorea de soles de pan que la recorren de arriba abajo y de un lado al otro. Una cruz única en un lugar que ya de por si se carga de belleza y juntos conforman un remanso de paz inigualable.

La cruz de la Hermandad

No podía faltar, en un día como este una cruz que también habla por sí misma. En otro de esos lugares que cortan la respiración, buscando y consiguiendo la paz necesaria, en la Ermita del Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de los Dolores la hermandad ha dispuesto de otro altar improvisado. Ahí sobre un pequeño monte se alza una cruz majestuosa, mientras que a sus pies un niño Jesús nos habla del principio y el fin. Como el paso efímero de una vida misma, y como la necesidad de atesorar la belleza necesaria en un instante. El olor impregna la escena, desbocando a su vez el resto de sentidos, y agradeciendo el silencio de la escena, el monumento que brinda a la vista, el tacto de lo que no se puede tocar y el sabor dulce de un momento que dura apenas un segundo, cuando en realidad se queda para toda la vida. Una cruz que no entra tampoco en concurso pero que deja un mar de sensaciones difícil de olvidar.

Cruces infantiles

Además de las denominadas cruces estáticas, El Pedroso contó con la pasión de los más pequeños implicados en la festividad. Y así, ya por la tarde se celebró el concurso de pasos de cruces de mayo. Estos se concentraron en la Plaza de Ntra. Sra. de la Consolación donde fueron evaluados por el correspondiente jurado. Con la entrega de premios y diplomas se dio por concluida una jornada con la cruz como gran protagonista, poniendo de manifiesto las costumbres más arraigadas y la esencia de El Pedroso, puerta y rincón privilegiado de la Sierra Morena de Sevilla.